La Guerra de Siria llega a su sexto año. Lo que comenzó siendo una guerra civil, se ha involucrado en una guerra cada vez más internacionalizada, hasta el punto de que corre el peligro de una tercera confrontación a nivel mundial.
La nula diplomacia de Donad Trump y su equipo de gobierno, está poniendo al borde de un enfrentamiento armado de dimensiones imprevisibles a los países del mundo. No olvidemos que el Presidente de la Casa Blanca, aún no ni lleva tres meses ocupando su destino, le queda todo el tiempo para intentar desarrollar ideas.
Corea del Norte, que parece apetecerle entrar a medir su fuerza bélica con el gigante norteamericano, se manifiesta constantemente haciendo sonar la alarma.
A las maniobras, que según los medios, llevan anualmente por esta época Corea del Norte y Corea del Sur y que en cualquier momento puede desencadenar enfrentamiento entre ambos, se le une el despliegue naval de EE UU en la zona. Algo así, como éramos pocos y parió la abuela.
La armada americana van rumbo a la península norcoreano, puede que para ver lo que pescan.
La población norteamericana ha sacado del poder a un bombero para dar entrada a un incendiario. El combustible está puesto y Donal Trump llega con la mecha encendida, por poco que sople un poco de viento todo arderá.
Se da la circunstancia que Bashar al Asad, Kim Jong-un y ahora Donal Trump, destacan por exceso de protagonismo y generadores de provocación.
Va siendo hora que desde todas partes del planeta empecemos a preguntarnos ¿A dónde vamos?
