La proyección de películas 3d (que no animaciones 3d) no es de ahora.
La primera proyección tuvo lugar en junio de 1915 en el Teatro Astor de New York compuesta de tres cortos sobre escenas rurales de Estados Unidos.
En 1922, se proyectó “The Power of Love”. Fue la primera película proyectada en salas comerciales, en concreto, en el Ambassador Hotel Theater de Los Ángeles. Por cierto, no tuvo ningún éxito.
Tuvieron que llegar los años 50 para hablar del primer éxito en 3d y en color : Bwana Devil.
En los años 70 se dio el siguiente paso con la implantación del sistema Space-Vision 3D, con “éxitos” como “The Bubble”
En los 80, intentando combatir el hábito del consumidor alquilando películas en el videoclub, surgieron los cines IMAX. Os recomiendo este interesante artículo de Arantxa Acosta sobre el tema. La estrategia era buena : esas películas envolventes no podían verse en casa.
Más tarde sobrevino el IMAX 3D con títulos como “The Polar Express” o el documental de Cameron sobre el Titanic “Ghost of the Abyss”.
Desde entonces, la técnica ha avanzado mucho permitiéndonos disfrutar, Cada Vez más, de una experiencia más directa con la acción de la historia.
Avatar es el ejemplo más sobresaliente de la época actual. Su combinación de imagen real e infográfica, ambas en 3D, es excelente. Sobre todo porque la historia lo necesitaba. No fue una decisión gratuita. Era necesario que fuese proyectada en 3d.
Mi opinión es que vivimos una saturación de proyecciones 3D. Cada vez son más sofisticadas pero cada vez nos sorprenden menos. Eso, unido al elevado precio en taquilla, me hace pensar que la historia del cine 3d, tal como la entendemos en la actualidad, no será muy larga.
Si te ha gustado el artículo, y quieres recibir el próximo que escriba cómodamente en tu Correo, apúntate aquí y te lo enviaré.
