No son tus imaginaciones: desde que te casaste tienes peor y menos Sexo. Es una realidad muy común, así que no te tortures ni te sientas especial. Y es que una reciente encuesta realizada por “Cosmopolitan” muestra que esto ocurre incluso en las Parejas jóvenes, cuyos miembros expresaron su necesidad de tener más sexo en su relación monógama.

Tras analizar las respuestas de 1.162 encuestados, de edades comprendidas entre los 20 y 29 años, la citada web encontró que el 62% de los hombres encuestados deseaban tener más sexo, y el 47% de las mujeres opinaba lo mismo. Más importante aún, la encuesta reveló que muchas parejas tenían menos relaciones sexuales después de casarse que antes de jurarse amor eterno.

Así, el 24% de las personas encuestadas aseguraron que antes de pasar por el altar tenían cuatro o más encuentros íntimos a la semana y, tras casarse, solo el 9% mantenía esta actividad. Por otro lado, el número de parejas que tenían relaciones sexuales una vez a la semana saltó del 14% al 25% tras la boda.

De todos modos, investigaciones recientes, como la elaborada por el “Institute of Family Studies”, han demostrado que los hombres casados viven más tiempo, ganan más dinero y pueden tener mejores relaciones sexuales que los que permanecen solteros.

Por qué los casados no hacen el amor

Las parejas suelen sentirse mal cuando aparecen problemas en su vida sexual. Puede ser aburrimiento o cansancio, pero es importante recordar que estas dificultades son comunes y que la mayoría de las parejas pasa por ellas.

1) Cansancio diario

Para la mayoría de la gente, el agotamiento es a menudo una tapadera para la pereza. Si tenemos tiempo para quedar con amigos, ir de compras o ver la temporada completa de nuestra serie favorita, podemos sacar 30 minutos para compartir con nuestro chico. Y él igual, ¡ojo!

2) Pérdida de la magia

Si esto os pasa, hay una manera fácil de forjar y hacer crecer esta conexión emocional: mirar a tu pareja a los ojos mientras hacéis el amor. Decir el nombre de tu pareja puede mejorar la intimidad también, ya que nuestro nombre está profundamente incrustado en el cerebro, y lo asociamos a la cercanía y a la confianza, por lo que evocar este sentimiento en la cama puede producir un vínculo más profundo entre ambos.

3) Paternidad

Muchas parejas mantienen una vida sexual plena hasta que deciden formar una familia. Llega entonces el embarazo, la cuarentena y, después, los retoños, que no es un factor que despierte la pasión sexual. No es fácil arreglar esto, pero hay que tener claro que la pareja tiene que estar por delante de la relación con nuestros hijos. Al fin y al cabo, del bienestar de la pareja depende en primera instancia el familiar. Todo esto no quiere decir que se deba abandonar a los niños, pero sí reservar espacios para disfrutar de la pareja sin estar pensando en ellos. Pista: abuelos, cuidadoras, campamentos, actividades extraescolares…

4) Falta de interés

Hay matrimonios en los que el sexo desaparece por completo. A ninguno les apetece, y pueden sufrir incluso la conocida como “anorexia sexual”. En este caso, no solo se evita la cama, sino también las muestras de afecto y cariño. Este es el problema sexual más difícil de solucionar. Si ninguna de las partes tiene interés por hacer el amor con su pareja, ¿cómo va a tener interés por arreglar el problema?

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