It has been moving. Today we went to a small village lost in the middle of the tea plantations called Kalachora 9. There the Shishu Mongol was being celebrated, the children's party. Directed by a handful of teachers who only count on their great good will, the kids have drawn, sung, danced, recited poetry. Those who did best received as a prize a glass or a plastic plate (that’s what the economic possibilities of the area allow). At the end of the party we have taken the picture you see above. And when we were taking the picture, one of the teachers has started singing "Amra Kori Joy", the Bangla version of the famous "We Shall Overcome". Immediately all the children joined singing together. We shall Overcome, one day. I cannot hide that I have been moved and it has been difficult for me to stifle a tear. One hundred children dispossessed, marginalized, isolated, relegated, singing with their teachers that they will win, that they will come out of the unworthy situation in which life has put them. One day they will win. Then, at night, during the prayer, in the silence of the chapel, I have sung it to myself. And I felt once again the call of God to help with my little grain of sand that they can really get out, that they can really overcome ... one day.

Ha sido emocionante. Hoy hemos ido a un pueblecito perdido en medio de las plantaciones de té llamado Kalachora 9. Allí se estaba celebrando el Shishu Mongol, la fiesta de los niños. Dirigidos por un puñado de maestros y maestras que no cuentan más que con su enorme buena voluntad, los chavales han dibujado, cantado, bailado, recitado poesías. Los que mejor lo hicieron recibieron como premio un vaso o un plato de plástico (hasta ahí llegan las posibilidades económicas de la zona). Al final de la fiesta hemos sacado la foto que ves arriba. Y cuando estábamos sacando la foto, una de las profesoras ha empezado a cantar “Amra kori joy”, la versión bangla del famoso “We shall overcome”(Nosotros venceremos). Inmediatamente todos los niños lo han coreado juntos. We shall overcome, one day. No puedo ocultar que me he emocionado y me ha sido difícil reprimir una lágrima. Cien niños y niñas desposeídos, marginados, aislados, relegados, cantando con sus maestros al frente que vencerán, que saldrán de la situación indigna en la que la vida les ha hecho nacer. Que un día vencerán. Luego, por la noche, durante la oración, en el silencio de la capilla, me lo he cantado para mis adentros. Y he sentido una vez más la llamada de Dios a ayudar con mi granito de arena a que Puedan Realmente salir, a que puedan realmente vencer… un día no muy lejano.