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El cambio en mis propias carnes…

Cambio. Me voy a vivir a Hamburgo. Mi empresa me ha ofrecido la posibilidad de ocupar la misma responsabilidad de ahora pero en Alemania, Austria y Suiza. Glup!

Primera fase: el shock.

Aquí dejo a mi familia, a mis amigos, la ciudad de Madrid con la que tengo una relación de amor-odio, estaré lejos de Valladolid, que cada día me da más energía. Aquí tengo un trabajo en el que “estoy cómodo”, unos compañeros de trabajo que “me entienden y les entiendo”… ¿Y allí? ¿Qué hay por allí?

Segunda fase: Pesimismo desinformado.

Hamburgo es la segunda ciudad más grande de Alemania y una de las más ricas. Con el segundo puerto más importante de Europa, gran calidad de vida y con una comunidad de expatriados importante. La gente parece maja. El puesto es el mismo que ahora con un encargo excitante: apoyar el cambio cultural y promover una política de Recursos Humanos que desarrolle a las personas y esté alineada con la estrategia de negocio. Creen en ello y confían en mi.

Tercera fase: Optimismo desinformado (u os creéis que en dos días de haber estado allí… se algo de Hamburgo)

Tengo que hacer la mudanza, buscar allí piso, conocer a mi próximo equipo y a mis próximos compañeros. Empaparme de la cultura alemana… y suiza y austriaca. Necesito saber alemán!! Y cerrar lo más posible los temas de aquí. ¿Y mi sustituto / a? Será necesario buscarlo. Despedidas con amigos, compañeros de trabajo, comidas con la familia…

Cuarta fase: Stress… mucho stress

Y estoy seguro que seguirán otras fases… ahora parece que entro en aquella de imaginarme la vida allí, una nueva cultura, una nueva experiencia, nueva gente, seguir manteniendo la de aquí, visitas de allí para acá…

He revisado entre distintas notas y me he encontrado con cinco (¡al menos!) curvas del cambio distintas… y es que el cambio lo vive cada persona de forma diferente. Y estas están siendo mis fases… y seguro que otra persona lo hubiese vivido de forma distinta. Lo único que es cierto es que ya sea positivo (que uno decida cambiar) o negativo (que alguien decida cambiarte), el cambio implica stress, indefinición, inseguridad, excitación,…

Espero seguir escribiendo y seguiros contando cuáles son las reflexiones desde Alemania.

PD: he de reconocer que escribo gracias al empujón moral de ver que Marga y Expansión & Empleo les ha gustado mi blog… o al menos han escrito sobre él. Muchas gracias!


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