Estando en lo que es quizás la mitad de mi camino
sin comprender de donde vengo y desconocer a donde voy
percibo que me encuentro en un autobús llamado tiempo
que recorre mi mundo con singular precisión.
Subiendo y bajando, de un lado al otro
comparto mi Viaje con quien viene y que va
pasajeros que tienen distintos destinos
alegrías y tristezas al sus paradas llegar.
Es la parada 39, a veces me pregunto cuantas faltaran
para que mi ruta acabe y me toque a mi bajar
mientras tanto acepto este viaje con paciencia y humildad
viendo por mi ventana que todo cambia y que nunca es igual.