El día 2 de febrero se cumplen 40 días de haber celebrado el nacimiento de Jesús. Ese día marca, según la tradición del Pueblo de Israel, el tiempo de la purificación de María después del parto y la presentación del Niño en el Templo. Por eso, hoy la Iglesia celebra las fiestas de la Presentación del Señor y la Purificación de la Virgen.

Un gesto bonito en este día es presentar Nuestros Hijos al Señor, así como lo hicieron María y José. Lo ideal es hacerlo durante la celebración de la Santa Misa, pero en caso de que no puedan, les comparto un hermosa oración que nos envió nuestro párroco.

Oración de los padres y madres por sus hijos(as)

Dios, Trino y Uno,
de quien proviene toda paternidad y maternidad,
te damos gracias por habernos dado nuestros hijos e hijas.

Ellos son una alegría para nosotros.
Ayúdanos a amarlos sinceramente.

Las preocupaciones, temores y fatigas
que nos cuestan su crianza
las aceptamos con serenidad
y confianza en Ti, Padre misericordioso.

Padre amoroso danos:

• sabiduría para guiarlos,
• inteligencia y paciencia para instruirlos,
• consejo para educarlos al bien,
• coherencia de vida para darles buen ejemplo,
• y fortalece nuestro amor para corregirlos con firmeza y ternura.

Que como San José,
seamos justos y valientes defensores
de nuestros hijos e hijas.

Que como María Santísima,
acompañemos a nuestros hijos e hijas
desde su nacimiento hasta la cruz
para que tengan vida nueva y abundante en Jesús.

Padre bueno,
enséñanos a ser padres y madres sabios,
amorosos y misericordiosos como Tú.
Bendice nuestros hijos e hijas.

Jesús, Hijo Unigénito,
haz que nuestros hijos e hijas,
experimenten el infinito amor del Padre
que Tú nos has manifestado.
Que vivan la filiación divina,
que Tú nos ganaste por tu vida, muerte y resurrección.

Espíritu divino,
infunde en nuestros hijos e hijas tu fuego de amor,
para que llenos de tus dones, frutos y carismas
sean templos vivos tuyos.
Destierra de ellos todo mal y haz brillar en ellos tu gracia.

A Ti gloria, alabanza y honor,
Trinidad Santísima, Padre, Hijo y Espíritu Santo,
un solo Dios, que vive y reina por los siglos de los siglos.
Amén.