Me quedó dando vueltas una de las "connotadas" frases del designado, actual presidente cubano (en realidad en Cuba todos le llaman "el puesto a dedo" y otra palabra dura en cubano como apellido: singao) y la frase fue: "parecíamos hawaianos". Eso a raíz del recibimiento de un crucero norteamericano. Fue una frase dicha a modo de autocrítica, como si fuese un "pecado" recibir con júbilo un barco cargado de turistas cubano-norteamericanos en un país donde el turismo se considera una de las principales fuentes de ingreso de una economía en ruinas. Ya por esto, por lo de la fuente de ingresos y la economía en ruinas, la frase es cuando menos contradictoria sino ridícula.
Ahora bien, teniendo yo casi la certeza de que mencionar a los hawaianos en una frase peyorativa era una "metedura de pata" (otra más del presidente "puesto a dedo") me tomé el trabajo de buscar unos pocos datos. Llega a ser fácil contrastar lo mismo las mentiras que las estupideces con ésto de Internet. El resultado era el esperado, pero las conclusiones lastimosas para quienes tienen un mínimo de sensibilidad y raciocinio. Tomé en cuenta sólo dos o tres rubros. Uno, la renta anual per cápita de Hawaii: 54 500 dólares (dato de 2014). Otro, servicios de salud, que, como es sabido, en el capitalismo están estrechamente ligados a los seguros médicos y es un tema incómodo, espinoso, pero hablamos de Hawaii: Un empleador que contrate a un trabajador por al menos 20 horas semanales (un part time como se dice) debe ingresar, aportar, el seguro médico del trabajador, algo que creo es inimaginable en territorio norteamericano continental. Un tercer aspecto a "curiosear" fue la base económica del país para que cuente con semejante standard de vida. Y esa base económica la conforman el turismo y la agricultura (incluida como muy importante la producción de azúcar de caña). Ésto me resultó "algo familiar": Turismo...,agricultura..., azúcar de caña... Se me revolvieron las entrañas al darme cuenta de las conclusiones o la conclusión a la que estaba llegando.
En primer lugar al ver a Cuba en ruinas después de más de 60 años de oneroso comunismo. Se entiende, más de 60 años tirados por la borda en Cuba nada más que desde el punto de vista económico, porque si echamos una mirada a la realidad estrictamente social, hay quien ya ha hablado de "daño antropológico", con mucho acierto: Es decir, desde el empobrecimiento del lenguaje hasta hacerse extremadamente vulgar e irrisorio, hasta la falta de miras de las jóvenes generaciones en relación al futuro; y desde la instauración de la chivatería (la delación) como política de Estado, hasta el temor constante a la represión por mostrar descontento con respecto a ése régimen; y desde la destrucción de las fuerzas productivas por el incesante bloqueo (aquí sí es apropiada la dichosa palabrita, sobre todo para los productores agrícolas independientes, los simples campesinos), hasta las repetidas consignas que llegan a ser extremadamente ridículas y aun grotescas porque están vacías de significado en la práctica y reñidas con la realidad.
Y ésta es la conclusión: Cuba, con muchísimo Mayor Potencial económico que Hawaii (incluso desde el punto de vista geográfico y de extensión territorial), quizá también con muchísimo mayor potencial humano (y teniendo en cuenta la próspera y prometedora economía cubana hasta 1959, incluido lo de ser el principal exportador de azúcar de caña del mundo), no tendría en estos momentos nada, nada, que envidiarle a Hawaii. Por el contrario, el standard de vida de los cubanos sería, sin duda, superior. Podríamos preguntarnos: Tendríamos un ingreso promedio anual por habitante de 60 mil dólares?, 70 mil?, 80 mil? Quién lo sabe? De lo que sí podemos estar seguro es de que, sin ese régimen nefasto de por medio, los cubanos serían mucho más felices, pues, vivirían en libertad, tan simple como eso.
Hasta éste punto se ha llegado: A partir de una frase desafortunada (por ignorancia y mala voluntad) y en tan sólo cinco minutos, se demuestra de manera palmaria que el régimen castrocomunista, o castrochavista o castromadurista (como le han dado en llamar incluso en Argentina), convirtió a Cuba, de un sueño, en una pesadilla.