La metodología de las elecciones en la Ciudad de Buenos Aires tensa la interna del PRO a peligrosos niveles de no retorno. Macri presiona al máximo a Larreta para que desista de concederle a los radicales el ''desdoblamiento concurrente'' de los comicios; por su parte, larretistas y radicales defienden la idea con vehemencia.

Para Mauricio Macri, perder el gobierno de la ciudad cuna del PRO no es una opción a considerar. El expresidente tiene en tal alto estima a la Ciudad más rica del país que parte de las negociaciones que llevaron a que confirme que no será candidato este año incluían impulsar la candidatura única de su primo Jorge para ser el sucesor de Horacio Rodríguez Larreta por el partido amarillo.

Pero no conforme con eso, el ex mandatario y la presidenta del Partido, Patricia Bullrich, además buscaron forzar al principal adversario del ex intendente bonaerense, el senador radical Martín Lousteau, a competir con una boleta corta o solo con algún candidato presidencial radical, con poco arrastre en CABA. Esta ofensiva dejaba a Lousteau prácticamente fuera de combate.

Como contraofensiva, los radicales -y en menor medida la Coalición Cívica- apuntaron sus cañones contra la candidatura de Jorge Macri, amenazando con impugnar la postulación, alegando que no reunía las condiciones para ser candidato en CABA.

Dejando las ofensivas judiciales de lado, la contrapropuesta radical encontró  buena recepción en Larreta y despertó la furia del resto del PRO: elecciones desdobladas concurrentes. De esta forma, las boletas locales irían ''despegadas'' de las nacionales y los candidatos porteños no podrían contar con el ''arrastre'' de los presidenciales.

Larreta considera seriamente adoptar esta modalidad para así contener a Lousteau y compañía, manteniendo su vital alianza con la UCR a nivel nacional, imprescindible para sus aspiraciones presidenciales. Para el PRO, en cambio, esta estratagema representa una forma de ''entregar la Ciudad'' que los amarillos gobiernan desde 2007 a los radicales.

Tras varios días de negociaciones privadas, con su paciencia colmada, Mauricio Macri se refirió públicamente a la polémica, poniendo el grito en el cielo y presionando al Jefe de Gobierno porteño:

“No creo que Horacio haga eso, sería ir en contra de los vecinos. Es más gasto del Estado, más tiempo de votación, más filas; sería ir en contra de todo lo que estuvimos trabajando estos años”, indicó en radio Rivadavia.

Y agregó:

“No hay que cambiar reglas electorales en el mismo año y no hay que hacerlas por especulaciones de una parte pensando que va a cambiar en algo complicándole la vida a la gente”.

“No hay que cambiar las reglas pensando que de esa manera se va a manipular el voto de los porteños”, completó.

En otro pasaje del reportaje, Macri enfatizó que una elección concurrente “nunca se hizo antes en la ciudad” y afirmó que “si la política piensa que por cambiar reglas electorales los porteños van a elegir en un sentido determinado es no conocer a los porteños, que son autónomos, independientes”.

La defensa larretista y radical

Ante las críticas del fundador del espacio, desde el Gobierno porteño se abroquelaron en defensa del desdoblamiento concurrente y de la autoridad de Rodríguez Larreta para aplicar la metodología que considere mejor.

El argumento central es que la decisión es potestad del jefe de gobierno y que el Código Electoral vigente establece que el método de votación debe ser la boleta única.

Aclararon que por esta razón “no se trata de un cambio en las reglas de juego”.

A su vez, los larretistas sostienen que de esta forma se garantizará la autonomía y el debate de los temas porteños. Es decir, consideran que impide que la campaña se nacionalice.

Otro argumento del larretismo es político, ya que señalan que unificar la elección local y nacional puede hacer que el PRO pierda su mayoría en la Legislatura, debido a que Javier Milei arrastraría la lista de legisladores y a su candidato a jefe de Gobierno. Y aunque no gane el gobierno capitalino, sí podría condicionar seriamente la próxima administración.

Además, tanto desde Uspallata como desde los Comités Radicales recuerdan que el propio Mauricio Macri apoyó ideas similares en otros momentos, cuando le eran de mayor conveniencia.

En el 2015, cuando era candidato a Presidente, pero todavía estaba al frente del gobierno de la Ciudad, Macri dispuso por decreto que las elecciones en este distrito fueran desdobladas de las nacionales: así, aquel año las primarias en el territorio porteño se realizaron un 26 de abril, mientras que el 5 de julio se desarrolló la primera vuelta y el 19 de julio, el balotaje en el que Rodríguez Larreta le ganó por escaso margen a Lousteau.

Ese año, además, estableció la boleta única electrónica como sistema de votación en CABA, luego formalizado en 2018 por ley en la Legislatura.

Desde la UCR recordaron que en 2015 los porteños tuvieron que ir seis veces a votar debido al desdoblamiento, por lo que el argumento de que la idea de Lousteau ''complica a los vecinos'' choca con el prontuario de Macri.

Más tarde, en el 2019, el entonces jefe del Poder Ejecutivo Nacional, que buscaba su reelección, se mostró a favor de implementar la Boleta Única en todo el país, al destacar que esta herramienta permitía “sumar transparencia y fortalecer la confianza en las elecciones”, y además facilitaba “el recuento” y aseguraba “las mismas oportunidades para todas las listas”.

Asimismo, desde el radicalismo porteño señalaron que las elecciones concurrentes no son una idea nueva, sino que, por ejemplo, en provincias como Santa Fe y Salta los ciudadanos ya tienen dos sistemas de votación diferentes, para los comicios locales y los nacionales, y no se registraron inconvenientes en esos lugares.

Además, desde la UCR negaron que los ciudadanos vayan a tener que hacer dos colas diferentes para elegir a sus candidatos para cargos locales y nacionales, y aseguraron que solo tendrán que hacer una única fila.

¿Qué es el ''desdoblamiento concurrente''?

La metodología que impulsa Lousteau y que considera seriamente Larreta implica una forma de ''desdoblar'' la elección sin hacerlo realmente. En un desdoblamiento tradicional, las elecciones locales y nacionales se separan en el tiempo, en fechas distintas.

El desdoblamiento concurrente, en cambio, unifica las fechas, pero divide las urnas. La elección se realizaría el mismo día, pero con sistema de votación mixto: las candidaturas nacionales (presidente y diputados nacionales) se votarían con boleta sábana tradicional; mientras que para las candidaturas locales (jefe de Gobierno, legisladores y comuneros) se usaría la Boleta Única de Papel o electrónica.

De esa manera, las candidaturas nacionales estarían desconectadas de las categorías porteñas. Por un lado, la boleta presidencial y, aparte, la boleta única con los candidatos a jefe de Gobierno.

Para este caso, en principio, el ciudadano haría una única cola, donde se identifica ante las autoridades de mesa, y luego, por un lado, en el cuarto oscuro selecciona la lista con la fórmula presidencial y diputados, que depositará en una urna, y luego se dirigirá a un box de votación donde marcará en una boleta única los nombres para jefe de Gobierno y legisladores, que meterá en otra urna.

El ''desdoblamiento concurrente'' en CABA tensa al límite la relación entre Macri y Larreta es una publicación original de El Ágora Digital.