Esta es la primera carta que escribo para un destinatario que de seguro la podrá leer dentro de unos 5 años, tal vez sea una de las primeras cosas que te dé para leer apenas aprendas a hacerlo igual quiero contarte en algunos párrafos algunas de las cosas que Han Pasado por nuestras vidas (la de tu mamá y la mía) desde aquel momento en que supe estabas en camino.

Esta carta no tiene nombre de destinatario pues una de las mejores decisiones que tomamos junto a tu mamá fue la de esperar a que nacieras para saber si eres niña o niño, eso lleno muchos de nuestros momentos de una incertidumbre agradable, pensábamos que podríamos comprarte para vestirte, como deberíamos decorar tu habitación o tu nombre o que colores usaras al principio, hoy un día antes de cumplir esas 40 Semanas aun ignoramos que sorpresa nos regalara la biología y la genética pero puedo asegurarte que la ansiedad por conocerte ha ido aumentando con cada momento.

Han pasado 40 semanas desde tu concepción y unas 32 desde que escuche tu corazón por primera vez, era como escuchar un caballo galopando frenéticamente por una pradera a 170 latidos por minuto, tenías forma de frijolito y no medias más de 2 centímetros pero tu corazón ya llenaba de vida cada parte de ese cuerpo que recién empezaba a tomar forma y para nosotros te convertías en el milagro que nos cambió la vida en esas 40 semanas y seguro nos la cambiará en todos los años que vienen por delante.

Incluso alguna vez pude verte en una ecografía en tres dimensiones, aunque en honor a la verdad era más un proceso de imaginación y fe unido a las imágenes que veíamos en un monitor a color en donde por momentos se notaba una manchita pequeña que era tu nariz, pero más que pensar cómo eras o si heredarías los ojos inmensos de tu mamá me enamore de ti, de esa tranquilidad con la que retozabas en la barriga de tu mamá y de cómo en ese mundo perfecto en el que estabas te sentías cómodo y a tus anchas así te molestara el medico con un aparatico que sonaba como una vieja afeitadora eléctrica.

Han pasado 40 semanas en las que hemos acomodado nuestras rutinas esperando tu llegada, hemos leído mil cosas sobre cómo cuidarte o esterilizar biberones, ahora hacemos yoga para relajarnos y tenemos un tarro gigante de jabón antibacterial para las visitas, hemos revisado minuciosamente todo lo que tendrás en tu nuevo hogar y hasta termine vacunándome de nuevo para así asegurar que estés en un ambiente sano y protegido, ahora solo falta que llegues a ocupar tu lugar, aquí te estamos esperando para que termines de cambiarnos y alegrarnos la vida.

Tu futura mamá y tu futuro papá