Crónica: Sergio García Lavilla

Concierto celebración del 10º Aniversario de Mi Fabrica de Baile, tema que marcó un antes y un después en la carrera de Joe Crepúsculo, encuadrado dentro del disco Baile de Magos (13), y que le ha servido para editar un EP, con 7 versiones (una en italiano) con distintos ritmos y colaboradores (desde cumbia a Rock) que ha llamado Mi Motor en Movimiento (23).

Definir a Joe Crepúsculo (Jöel Iriarte) es casi imposible, si acaso, como un trovador Techno que combina como nadie, unas letras geniales, rarunas eso sí, con ritmos discotequeros a veces algo desacompasados, pero generadores de un ambiente fiestero como nadie. Si buscamos algún referente en el panorama nacional, podríamos agruparle en la ola de grupos como Hidrogenesse o Astrud, con ligeras reminiscencias a Dorian.

Ya he visto a Crespus un par de veces, descubriéndolo post pandemia (Crónica aquí mismo) en un Tomavistas, y este mismo año, en las fiestas de San Isidro en la Plaza Mayor de Madrid (el sonido era horroroso) en la que pude vislumbrar ciertas colaboraciones significativas (Adriana de los Punsetes y Tomasito).

Cuando me enteré de la que iba a preparar en la Riviera, no dudé ni un momento en ir, a lo que más que un concierto, tenía visos de convertirse en toda una fiesta (y no me equivoqué).

El concierto aniversario estaba previsto a las 21:00 con apertura de puertas a las 19:30, pero a las 20:00 no había nadie haciendo cola, algo que ya me dio pistas de lo que iba a ser la velada y que confirmé a la hora de recoger la acreditación.

Solamente había dos medios acreditados, uno de la banda propia y el que escribe la crónica, sin Photopass pero con acceso a foso para hacer las pertinentes fotos.

La gente entraba poco a poco, como si de una fiesta en un piso de un colega se tratase, mientras sonaba un DJ amenizando la espera, hasta que llegamos a unos 400/500 personas, con mucha lista de invitados y fieles seguidores de todas las edades (mucho de la noche de Madrid y del entorno indie).

Con ligero retraso sale al escenario Joe junto con Aaron Rux, habitual colaborador a los teclados, con mucho nerviosismo (eso me pareció) por ser la primera vez que tocaba en la Riviera ante tanto amigo y seguidor, bajo un telón de tonos rojos (habituales en grupos que no les gusta mostrarse…tipo Planetas).

Abrimos como no con Nuevo Amanecer, primer corte del LP que contiene a Mi Fabrica de Baile, un tema soft que muestra la necesidad de un cambio radical en la vida, algo que despierte las almas, algo que active la mente para una revolución social.

Tras una ligera Paranoia nos golpea con Pisciburguer un temazo pegadizo cargado de ironía que iba haciendo perder el nerviosismo inicial a Joe que enlaza el techo ochentero de Ojos de Conejo, mientras sale un Barman a preparar cocteles en segundo plano que sin prisa pero sin pausa iba alimentando a los dos componentes, que cerraban el bloque dedicado Disco Duro con la balada pesimista Rosas en el Mar (compuesta por Rux)

Tocaba la primera colaboración de la noche, a cargo de Abel de los Vinagres, con Pensar el Tiempo (tocaban lentas); que dio pistoletazo de salida a lo que serían unas cuantas. Tras Música para Adultos (coreada por un público que se olía la tostada) primera versión de Mi Fábrica de Baile Rock con Camellos, que por cierto sonó horrible, no por la música, sino por ir muy desacompasados, pero todo se perdonaba.

La fiesta se había desatado, colaboraciones a diestro y siniestro, entre ellas Fabiano con Tus Cosas Buenas, Ariadna de Punsetes en una cover de Maricas (espectacular, aunque les costó empastar las voces, quizás por los cocteles), el increíble Tomasito en A Fuego y, lo que fue un bombazo, fue la del director Nacho Vigalondo encarnando a Jose House en uno de los momentos más techos de la noche.

Nacho ya no se fue del escenario, mientras la fiesta tocaba a su fin, con Así soy Yo y Fabrica de Disfraces, que daba paso a lo que fue un auténtico final apoteósico.

Con Fabrica de Baile 2023 se subieron al escenario toda la Troupe, al modo Almodóvar, para acompañar a Joe en la sublimación de una fiesta en la que solo faltaba un burro (Despedida de Soltero de Tom Hanks), sin que cupiese un alma en el escenario.

Para despedirse, utilizaron una nueva canción compuesta por Aaron Rux, llamada Aquí uno que se va, que si te fijabas era una adaptación del mítico Another One Bits the Dust (si, lo estáis cantando en vuestras cabezas…aquí uno…que se va).

Pero quedaba un momento que Joe no se esperaba, todo el público con las luces encendidas tarareando Mi Fabrica de Baile a capella, lo que hizo que tuviese que salir para despedirse y recluirse con toda su Troupe en la zona Vip.

De la fiesta posterior no puedo deciros nada, no conseguí entrar, pero debió ser memorable.

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