Todavía no había escrito ninguna reseña en lo que va de año, y eso que he pasado ya por unos cuantos restaurantes. Debería empezar por mi breve paso por Valencia antes del congreso Madrid Fusión, donde disfruté como siempre en Marvi y en el nuevo Gadhus al que todavia no había tenido oportunidad de visitar en su nuevo establecimiento del centro de Valencia. También en los días de congreso, la cena que nos pegamos en The Table, en manos de Javier Olleros y su Culler de Pau que conquistaban Madrid esos días. Me salto también dos visitas a mis favoritos londinenses: St John Bread & Wine y Taberna do Mercado, para hablar de un evento que justamente terminó la semana pasada: un popup de la talla de Tickets, 50 Days by Albert Adrià. Apuesta arriesgada trasladar la oferta gastronómica a un emplazamiento único, el Hotel Café Royal y sin su equipo al completo.

Desde el 12 del pasado mes de Febrero, que arrancó el popup ininterrumpidamente, domingos off, hasta principios de abril. 50 servicios al completo para disfrutar de una experiencia única. La cocina del Tickets viaja de nuevo a Londres y además con guiños a su gastronomía. Para allá que fuimos, y esto fue lo que nos encontramos.

El inicio de la experiencia comienza en la Sala Oscar Wilde, bar del Hotel con gran ambientación y para el cual todos han trabajado para tener hasta la vajilla y cubertería acorde (muy rococó, cargado, pero de eso se trata no?), me alegra ver caras conocidas entre el equipo y más sabiendo todo lo que se lo han currado, me da todavía más expectativas. Perdonad la calidad de las fotos, la sala estaba con poca luz y aún así no soy muy bueno tomando fotos con el móvil.

Empezamos con un cóctel con base de Jerez y las míticas aceitunas esféricas que pasaron de la historia de elBulli a Tickets. Acto seguido pasamos a un segundo cóctel, éste con varios aguardientes como absenta, Éste nos lo colocan en un recipiento con dos grifos, del cual caerá a cada copa, pasando por un azucarillo.


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A pesar del pintón de la última foto, sólo se comían las palomitas blancas. Pasamos a la bandeja de canapés, como una de esas bandejas que te ponen cuando tomas el afternoon té en sitios como Fortnum & Mason. Entre otros, la bandeja estaba compuesta de: Alga nori con quinoa, Pistachos con yuzu, Timbal crujiente de remolacha, Galleta de curry, fresas y sésamo, Bocadito de frambuesa y jengibre, Galleta de Parmesano, Merengue de moras con crema de rábano picante, Falso cacahuete y el Kumquat con gelatina de tequila.

Pasada la primera parte de la cena, el aperitivo, nos dirigen a un ascensor donde Gorka Font nos espera con un palo de selfie! y no sólo eso, nos tenemos que hacer un selfie con él! parte de la experiencia.

Subimos al comedor principal, en la parte de arriba, los comensales van siendo dirigidos a medida van terminando abajo, donde continúa el espectáculo. Nos sentamos, pedimos algo de beber y seguimos.

50 Days Mini Pizza con straciatella

Tartar de atún con gelatina de dashi shoyu y sus tostas de alga nori

Sashimi de atún del mediterráneo con caviar y aceite de almendra. Alucinante, para repetir una y otra vez.

“Rubia gallega” curada con regañás y mantequilla de té. Otro de los platos de los que me acordaré siempre.

Un clásico de Albert, el “Viaje nórdico” pasa a ser el “Bosque de Sherwood”, crostini con salmón ahumado, remolacha y vinagre en polvo.

Canelón de aguacate con cangrejo real y mahonesa de ceviche

Ostras de Galway con kimchi y pepino

Pastel de Rabo de toro, en versión doughnut

Spaghettis de seta de ostra con crema agria y trufa

El “Sunday Roast” versionado, guiño una vez más a Londres, Chuletón trinchado, con berros, tupinambur y estragón (que recuerda a una salsa holandesa)

Pasamos a los postres, primera parte de ellos.

Royal de Frambuesa, sorbete de albahaca

Air-Gofre de chocolate y su ganache

Una de las mejores Tartas de Queso que he probado en mi vida.

Finalizada esta parte del menú, aún nos queda disfrutar del toque final. Nos llevan a una escalera por la que tendremos que bajar de nuevo a la sala Oscar Wilde y entre otras sorpresas, más petit-fours. Cuando vas bajando escuchas a alguien cantando con una guitarra, es el mismo Gorka Font, con cambio de look desde el ascensor, que está junto al primer petit-four, Gajos de pera Nashi osmotizada 

Kiko-Rocher

Galleta de té verde y mandarina, muñeco de jengibre, roca de sésamo negro, Jamrollpop, Frambuesa, rosa y peppermint

Falso Albaricoque de mango

After-eight, chocolate y menta

Cerramos con puros de chocolate ahumado. Y nos entregan el menú y la foto-selfie impresa para recordar la experiencia. ¿Valió la pena? Por supuesto que sí. Deseando saber que será lo próximo de esta gente. Muchísimas gracias al equipo que lo hizo posible y se dejó la piel para que esto funcionase.

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