Estaba solo, completamente solo, incluso el sueño nocturno me había abandonado… De pronto me pareció oír no unas palabras sino Unos Sonidos, unos sonidos siempre en tres suspiros Como viento y harina… “¿Qué puede ser eso? ¡No hay tiempo que perder!”, mascullé, y enderezándome el cabello con un trago de vino me puse en pie...
Read More
This post first appeared on LITERARY TRUCE – Between Two Languages: Books,, please read the originial post: here