Get Even More Visitors To Your Blog, Upgrade To A Business Listing >>

La carta de la Dignidad

En una de esas tertulias históricas que suelo tener con mi estimada y admirada amiga Edelmira Sánchez, ícono viviente del folclore darienita, obtuve una copia de un documento que merece ser conocido y recordado en los anales de los sucesos republicanos. El lugar donde se dio este evento fue La Palma, Provincia de Darién, que ha sido cuna de muchos acontecimientos que han enriquecido el devenir histórico de nuestra hermosa nación. ¿Qué documento es ese? – se preguntará usted. Pues nada menos que "La carta de la dignidad" firmada por el Comité de Separación de la provincia del Darién, el día viernes 17 de noviembre de 1922, dirigida al Doctor Belisario Porras, Presidente de la República de Panamá y Jefe nato del Partido Liberal Istmeño. Dicha misiva expresaba lo siguiente: "Señor Presidente; no ignora usted que la región de Darién, su territorio es extenso, la cantidad de terrenos que abrazan los distritos de Chepigana y Pinogana, una vez eregidos en provincia no dudamos, esta es más grande que la provincia de Herrera; además son estas tierras ricas por su maderas, resinas y minerales, además de ser terrenos fértiles. Solo le ha faltado que los anteriores gobernantes le hubieran tenido una mirada y esta la vemos llegar por momentos, propuestas ya por nuestro digno jefe Ejecutivo…" sin lugar a dudas, este fragmento de la carta deja de manifiesto el gran deseo del pueblo darienita por alcanzar un puesto meritorio en el mapa de la división política de nuestra nación y recibir la notoriedad y reconocimiento que merecía. Un hecho particularmente interesante, es que dicho documento fue firmado en la Palma, el sábado 28 de octubre de 1922 por un grupo de vecinos, entre los cuales destacan los nombres de valientes mujeres palmeñas: Zoila Alegría, Eusebia Martínez, Isabel García, Raquel Ramírez, Ana de Ibáñez, Leocadia de Recuero, María S. Quintana, Ana B. Arboleda, Esther I. Arboleda, Carlota Arboleda, Benita Carvajalino, Clementina de Arboleda, Natalia Moreno, Natalia R. De León, Otilia Fajardo, Claudia Grajales, Lorenza Márquez, Gertrudis Alvarado, Natividad Moreno, Concepción de Escobar; quienes a pesar de que aún no se concedía el derecho al voto de la mujer se atrevieron a expresar su opinión en lo que podría considerarse como un cabildo abierto sobre un hecho trascendental que cambiaría el curso de la historia. La prioridad de este acontecimiento es que se registra diecinueve años antes que la Constitución Política de la República confiriera a las mujeres el derecho al sufragio. La Ley 98 del 5 de julio de 1941 establecía algunas limitaciones y requisitos para las mujeres como:Ser mayor de 21 años. El derecho a voto era solo para elecciones de ayuntamiento provinciales. Se debía tener diploma universitario, vocacional, normal o de segunda enseñanza.     Definitivamente que los elementos expuestos se aplicaban a un reducido grupo de mujeres y segregaba a casi la mayoría de la comunidad femenina del país, quienes en su mayoría carecían de los conocimientos básicos de lectura y escritura. VEA TAMBIBIÉN: http://'Jovencitas no se dejen engañar por hombres'     Según datos del Tribunal Electoral, la primera vez que las mujeres ejercieron su derecho a voto fue el 5 de octubre de 1941, solo para la elección de los ayuntamientos.    De este proceso surge la constitución política de 1946, que puso a la mujer en igualdad de condiciones con el hombre, incluyendo el ejercicio de los derechos políticos y civiles.    Aflora la interrogante, de ¿por qué? si desde los inicios los darienitas se han mostrado como un pueblo luchador compuesto por hombres y mujeres visionarios, se encuentran relegados a un protagonismo casi nulo. ¿Por qué la provincia del Darién da la impresión de que no aparece en los proyectos de desarrollo de ningún gobierno? ¿Por qué a casi sesenta días de conmemorarse el Centenario de Fundación de esta pujante provincia siguen anulados, tratados como si el progreso que acaricia a otras provincias no existiera para ellos?     Un grupo de mujeres de la Palma, en 1922, creyeron que esta provincia se erigiría como un gigante verde en la majestad de la patria y contribuiría como el resto del país a engrandecer a una república que florecía como un vergel de esperanza y de sueños realizables para todos los ciudadanos. VEA TAMBIBIÉN:http://Alertan trabajo infantil, menores en mendicidad y explotación sexual     ¿Dónde están esas promesas políticas que se renuevan cada periodo de campaña presidencial? La provincia de Darién sigue aquí verde, majestuosa, rica en recursos naturales, con el calor de su gente linda, con sueños e ideales renovados tras generaciones de valientes habitantes. Muchos sin duda, descendientes de aquellos héroes de “la carta de la dignidad”, de 1922, quienes sin temor y con mucha esperanza clamaron por ser reconocidos y tratados con la dignidad que merecemos todos los panameños.     Faltando casi tres meses para el Centenario de Fundación de la Provincia de Darién, a 100 años de la firma de la Carta de la Dignidad, a veinte lustros de que las comunidades darienitas de Pinogana y Chepigana se unificaron en búsqueda de un reconocimiento nacional, a diez décadas de que un grupo de veinte valiente mujeres de La Palma, siguieron el llamado de su corazón y expresaron su deseo de obtener un mejor mañana para sus hijos, y los hijos de sus hijos se manifiesta el dilema ¿Qué estamos haciendo para cambiar esta realidad?    Un siglo que representa luchas, enfrentamientos, historia, generaciones, cultura, ignorancia, problemas sociales, mala distribución de las riquezas, humanidad, hospitalidad, generosidad, esperanza, desesperanza, fe, incredulidad, alegría, tristeza, familia, abandono, desidia, etc.     ¿Hasta cuándo debe esperar Darién? Qué debe hacer esta hermosa región para que las autoridades nacionales escuchen ese grito que se extiende en una superficie territorial de 11,896.5 kilómetros cuadrados, con una población aproximada de 55,446 habitantes cuya cabecera es La Palma, que tiene en la actualidad tres distritos: Santa Fe, Pinogana y Chepigana, veintiséis corregimientos y tres áreas comarcales. Además de los dos ríos más caudalosos y extensos de la república: el apacible Tuira y el temperamental Chucunaque.  VEA TAMBIBIÉN:http://Pérez Balladares: creo que Martinelli será candidato     ¿Quién podrá escuchar?  Esto es un clamor, que se agranda como una onda expansiva de sueños rotos, esperanzas desechas, historia ignorada, promesas incumplidas, es la voz de un pueblo que solicita se le tome en cuenta, se mejoren sus condiciones, se le brinden oportunidades reales no efímeras, un grupo de ciudadanos que cifran sus esperanzas en creer que con cada amanecer aparecerán oportunidades propicias para calmar sus angustias y perseverar en el futuro.  ¡Levántate, Darién, como el gigante que eres y muestra tu gran valía!



This post first appeared on Panamá América, please read the originial post: here

Share the post

La carta de la Dignidad

×

Subscribe to Panamá América

Get updates delivered right to your inbox!

Thank you for your subscription

×