A lo largo de este artículo encontrarás información para que conozcas los diferentes tipos, materiales y normativas a tener en cuenta a la hora de elegir un transportador para tu felino.

A diferencia de los perros, los gatos tienen una personalidad más autoritaria. Si a esto se le suma la gran curiosidad que los caracteriza, tenemos como resultado a una especie animal muy traviesa y ansiosa de libertad.

Esto, en ocasiones, puede representar un problema, sobre todo cuando quieres llevar a tu gato contigo a pie, en tu coche o en transporte público.

Una de las opciones para facilitar esos desplazamientos se logra con el uso de un transportín para gatos grandes y pequeños que puedes encontrar en www.zocopet.es. Este es un producto que funciona como una especie de caja, dotada con respiraderos para evitar que la mascota se asfixie. Además, es un lugar muy cómodo para que el gato mantenga la calma durante los traslados.

Tipos de transportines para gatos

La variedad de transportines que existen en el mercado es muy amplia. Existen transportines de todos los colores, con estampados y accesorios adecuados para garantizar la comodidad de  tu gato. Algunos productos incluyen algún tipo de juguete que sirve de entretenimiento para el gato.

Sin embargo, si se trata de establecer unas categorías que definan la variedad de transportines que hay en el mercado, consideraremos simplificando que existen solo tres.

• Transportín plegable de tela: este posee un diseño rectangular, dotado con paredes de espuma recubiertas con tela. Los respiraderos suelen ser un tipo de malla con agujeros no demasiado amplios, que tiene la gran virtud de poder plegarse.
• Transportín de plástico rígido: en este caso se habla de un producto con el mismo diseño rectangular, pero que tiene una mayor resistencia, en tanto ha sido fabricado en plástico. Suele ser el transportín más adecuado para viajes en avión o viajes largos.
• Bolsos de tela: poseen un diseño un tanto similar a los transportines plegables de tela. Para describirlo gráficamente, imagina a un bolso de mujer, dotado con un agujero principal para que el gato respire. Es muy común que el gato asome su cabeza a través de este agujero, lo que le permite reconocer los lugares.

Características de los transportadores para felinos

Hay muchos aspectos a considerar a la hora de elegir un transportín de gatos. Esto es un resumen alguno de los aspectos claves que debe cumplir un buen transportín para gatos:

• Material: ya se especificó que lo más habitual es que los transportines sean de tela o plástico. En lo que se refiere a los de plástico no hay mucho que decir sobre su calidad,  son fáciles de limpiar en su interior si esto fuera necesario. Pero en el caso de los de tela, es importante escoger un tipo de tela no muy absorbente y transpirable. Así, el transportín se mantiene más higiénico y limpio.
• Rigidez: es fundamental que el transportín ofrezca una gran estabilidad, de modo que sus paredes no lastimen al gato o lo obliguen a arrinconarse durante los movimientos. Esto es muy relevante en el caso de los transportines de tela.
• Base: de la mano del punto anterior, es muy importante que la base sea muy sólida, garantizando estabilidad al animal.
• Peso: otro aspecto fundamental es que no pese demasiado, teniendo en cuenta que tendrás que añadir el peso de tu gato.
• Respiraderos y aberturas: dato crucial, en tanto garantiza que el gato no se asfixie y mantenga su tranquilidad.
• Dimensiones: un gato suele pesar un promedio de 4 kilogramos. Así que se debe pensar en un transportín con espacios amplios.

¿Cómo debe ser un transportín bueno para gatos?

Existen varios aspectos claves que definen a un buen transportín. Y esto suele estar basado en las funcionalidades que ofrece. A modo de resumen, estos son algunos de los aspectos que debe cumplir un buen transportín.

• Estabilidad: es muy necesario que a la hora de sujetar el transportín, este pueda brindar una estabilidad total al gato. Así, su experiencia de viaje será agradable, sin vibraciones que liberen en el gato sus feromonas del miedo. Si esto sucede con frecuencia, en el futuro el gato deseará no entrar en el transportín.
• Comodidad: el espacio interior debe tener las condiciones más óptimas para que el gato se sienta a gusto. Esto depende principalmente de la base.
• Higiene: un buen transportín debe garantizar condiciones higiénicas que eviten acumulación de malos olores o bacterias que lastimen el olfato del gato. Igualmente, se evitará que se contagie de enfermedades.
• Peso: un buen transportín debe ser ligero, de manera que sea fácil de transportar con una sola mano.

¿Cómo saber si un transportín está homologado para viajar?

Hoy en día, los transportines son de mucha utilidad para los distintos tipos de viaje. Ya sea porque viajes en tren, auto o en avión. Por ejemplo, en el caso de los viajes en avión, el transportín para gato debe cumplir un número de normativas IATA.

Si estas normativas no se cumplen, entonces la mascota no podrá viajar en tu mismo vuelo. Así que en términos generales, un buen transportín debe cumplir con las siguientes características oficiales:

• Puerta: debe estar ubicada frente a los frontales del transportín. Podrá tener bisagras o ser corrediza.
• Aberturas: las aberturas de ventilación deben ser como mínimo de un tamaño de 2,5 cm.
• Base interior: la base será sólida e impermeable.
• Etiquetado: el transportín debe contar con etiquetas como: “Este lado arriba”, acompañadas de las flechas indicando hacia arriba.
• Medidas: el transportín debe ser lo suficientemente amplio para permitir que el animal pueda darse una vuelta completa con comodidad. Esto implica también que sea lo suficientemente alto para que el gato pueda permanecer totalmente erguido en posición natural.

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