”Un día, llegó a la facultad una propuesta del Gobierno de Cuba para que un profesor dicte cursos durante un semestre en la isla. Varios enviaron sus papeles, pero solo a Fujimori le contestaron. Durante algunos meses de 1978, enseñó en la Universidad de Las Villas, en Matanzas. Fue un periodo renovador; salió del pequeño mundo en La Molina y abrió los ojos a nuevas realidades. Esa temporada en Cuba, que años después repetiría, lo ayudó a descubrir algo más de "la política". Paseó por la isla y conoció algunos lugares de La Habana con detenimiento. Le impresionó encontrar un país disciplinado y con servicios que funcionaban.

Cuando regresó a Lima, sus amigos le hacían bromas sobre su presunto fidelismo. Hablaba con convicción sobre lo que acababa de ver: un sistema de educación completo, con gran énfasis en los primeros años, salud y alimentación aseguradas, orden y limpieza en las calles, ausencia de mendigos. El materialismo dialecto y toda la discusión alrededor de la isla desde 1959 le importaban un comino. Su punto de vista era pragmático, hablaba solo de resultados tangibles y lo hacía con calor. "La única vez que lo he escuchado hablar con verdadera pasión -recordó un colega de la universidad- fue sobre los logros de Fidel"

Luis Jochamowitz, "Ciudadano Fujimori"