El equipo de Santiago de Cuba cedió siempre ante el campeón defensor, Ciego de Ávila, a lo largo de la etapa preliminar del Campeonato Nacional de Softbol, rama varonil, e incluso en el choque para ganar la clasificación directa a la final; sin embargo conquistó el derecho disputar con los titulares vigentes el partido final por el oro y fue entonces cuando apoyado en una impecable labor de Gusbel Plutín en el box y en una recia ofensiva que incluyó par de cuadrangulares logró imponerse por superioridad en cinco entradas con pizarra de 7 carreras por cero para de esa forma proclamarse monarca nacional de la disciplina.
(Publicación en desarrollo)