No hay nada más común que el pecado original por eso es único a cada cual. (Anónimo)
El Pecado original es una realidad que solo niegan sus siervos.
Una de las batallas más fuertes del que no confía en Dios es aquella que lo lleva a retar su condición, negando sus interioridades más profundas, las que albergan el pecado del mundo y el suyo, el original.
Dicen que no es justo nacer condenado, ni aceptable, pero quien en Dios confía sabe que, reconocerlo, es el primer paso para morir justificado y renacer salvo para la eternidad.
Solo hace falta ver lo que impera en el mundo para reconocer nuestra condición y por mucho que nos pese solo el pecado original y todas sus consecuencias son alimento e ilustración del mal que esparcimos.
La crueldad es una de las señales más evidente del pecado original, esta misma que mora en los niños, por muy chocante que nos parezca, y que se perpetua en los corazones marchitados por el orgullo y la vanidad.
Todos soñamos de un mundo perfecto pero vivimos en su antinomia porque el pecado original es nuestro punto de partida y nada bueno se fundamenta en lo malo.
El hombre se singulariza por su capacidad en retar. Que pena que se equivoque a menudo de propósito porque si en lugar de retar a su creador se retara a sí mismo descubriría el origen de sus males, la desobediencia que lo llevó a cargarse con el pecado original.
Solo aquel que está capacitado para ello puede desafiar el pecado, y ese es Jesús, lo hizo, lo hace y lo hará por los siglos de los siglos para salvación de su pueblo. Deberíamos empezar cada día de nuestra vida agradeciéndoselo.
Si no fuera por el pecado original no tendríamos ninguna explicación que sustentara nuestra actitud pecaminosa. La ley lo puso de manifiesto y Jesús nos liberó de él por su sacrificio en la cruz y nos enseñó que el arrepentimiento de corazón es el antídoto de nuestros pecados.
El precio del pecado es la muerte y Adán nos abrió sus puertas, esas mismas que Jesús cierra a todos aquellos que en Él confían y a Él se entregan. ¡Amen!
12 Por tanto, como el pecado entró en el mundo por un hombre, y por el pecado la muerte, así la muerte pasó a todos los hombres, por cuanto todos pecaron. 13 Pues antes de la ley, había pecado en el mundo; pero donde no hay ley, no se inculpa de pecado. 14 No obstante, reinó la muerte desde Adán hasta Moisés, aun en los que no pecaron a la manera de la transgresión de Adán, el cual es figura del que había de venir. 15 Pero el don no fue como la transgresión; porque si por la transgresión de aquel uno murieron los muchos, abundaron mucho más para los muchos la gracia y el don de Dios por la gracia de un hombre, Jesucristo. (Romanos 5:12-15)
Que Dios os bendiga, Alfons
Primera edición del libro electrónico con 1 año de reflexiones, versículos e ilustraciones de Manuel Redondo, a la venta en Amazon:
http://www.amazon.com/dp/B00D7IM000
http://www.facebook.com/UnDiaUnaReflexionUnVersiculo
http://un-dia-una-reflexion-un-versiculo.blogspot.com/
http://undiaunareflexionunversiculo.wordpress.com/
Església Evangèlica La Gràcia de Déu
Ciutat de Balaguer, 40, Barcelona
Cada domingo a las 18 00, ¡OS ESPERAMOS!
El Pecado original es una realidad que solo niegan sus siervos.
Una de las batallas más fuertes del que no confía en Dios es aquella que lo lleva a retar su condición, negando sus interioridades más profundas, las que albergan el pecado del mundo y el suyo, el original.
Dicen que no es justo nacer condenado, ni aceptable, pero quien en Dios confía sabe que, reconocerlo, es el primer paso para morir justificado y renacer salvo para la eternidad.
Solo hace falta ver lo que impera en el mundo para reconocer nuestra condición y por mucho que nos pese solo el pecado original y todas sus consecuencias son alimento e ilustración del mal que esparcimos.
La crueldad es una de las señales más evidente del pecado original, esta misma que mora en los niños, por muy chocante que nos parezca, y que se perpetua en los corazones marchitados por el orgullo y la vanidad.
Todos soñamos de un mundo perfecto pero vivimos en su antinomia porque el pecado original es nuestro punto de partida y nada bueno se fundamenta en lo malo.
El hombre se singulariza por su capacidad en retar. Que pena que se equivoque a menudo de propósito porque si en lugar de retar a su creador se retara a sí mismo descubriría el origen de sus males, la desobediencia que lo llevó a cargarse con el pecado original.
Solo aquel que está capacitado para ello puede desafiar el pecado, y ese es Jesús, lo hizo, lo hace y lo hará por los siglos de los siglos para salvación de su pueblo. Deberíamos empezar cada día de nuestra vida agradeciéndoselo.
Si no fuera por el pecado original no tendríamos ninguna explicación que sustentara nuestra actitud pecaminosa. La ley lo puso de manifiesto y Jesús nos liberó de él por su sacrificio en la cruz y nos enseñó que el arrepentimiento de corazón es el antídoto de nuestros pecados.
El precio del pecado es la muerte y Adán nos abrió sus puertas, esas mismas que Jesús cierra a todos aquellos que en Él confían y a Él se entregan. ¡Amen!
12 Por tanto, como el pecado entró en el mundo por un hombre, y por el pecado la muerte, así la muerte pasó a todos los hombres, por cuanto todos pecaron. 13 Pues antes de la ley, había pecado en el mundo; pero donde no hay ley, no se inculpa de pecado. 14 No obstante, reinó la muerte desde Adán hasta Moisés, aun en los que no pecaron a la manera de la transgresión de Adán, el cual es figura del que había de venir. 15 Pero el don no fue como la transgresión; porque si por la transgresión de aquel uno murieron los muchos, abundaron mucho más para los muchos la gracia y el don de Dios por la gracia de un hombre, Jesucristo. (Romanos 5:12-15)
Que Dios os bendiga, Alfons
Primera edición del libro electrónico con 1 año de reflexiones, versículos e ilustraciones de Manuel Redondo, a la venta en Amazon:
http://www.amazon.com/dp/B00D7IM000
http://www.facebook.com/UnDiaUnaReflexionUnVersiculo
http://un-dia-una-reflexion-un-versiculo.blogspot.com/
http://undiaunareflexionunversiculo.wordpress.com/
Església Evangèlica La Gràcia de Déu
Ciutat de Balaguer, 40, Barcelona
Cada domingo a las 18 00, ¡OS ESPERAMOS!
This post first appeared on Un DÃa, Una Reflexión, Un Versiculo, please read the originial post: here
