I do not know how I'm going to tell you this. It has been very strong. I was leaving home with the car this afternoon and, as usual, children around began to greet me loudly. One of them, Prosenjit, was alone and when I stopped before him to say hello, he says "my mom has died" (ma more geche, in Bangla). The boy is 4 years old and he has released it to me with all spontaneity. The mother was 25 years old and died last night in front of her husband and her two sons of a fulminating stroke. Later we went to her house, to show our sympathy to the family. The husband was inside with the body and, according to the Bauri custom, he will not leave the house in a week. I have taken the picture of the boy with his grandmother at the door. I have had to take Prosenjit several times in the last months to the clinic with severe skin infections. The father works in the tea plantation and will not be able to take care of the children; the grandmother also works in the tea in another plantation many kilometers away from here. What will you and your little brother become, who will cook for you, who will kiss you in the forehead at night before bed, who will take you to school when you are old enough to go next year. And then, I have recorded in my soul the spontaneity with which you told me that your mother had died, as if you already knew from your childhood that death is part of life. On the Epiphany day, Prosenjit, his little brother, his grandmother and his forever disappeared mother have been my particular epiphany of the Lord.

No sé cómo te voy a contar lo de hoy. Ha sido muy fuerte. Salía yo de casa con el coche y como de costumbre los niños de los alrededores empezaron a saludar a gritos. Uno de ellos, Prosenjit, estaba solo y cuando me paré ante él para saludarle, va y me dice “mi mamá se ha muerto” (ma more geche, en bangla). El niño tiene 4 añitos y me lo ha soltado con toda naturalidad. La madre tenía 25 años y se murió anoche delante de su marido y sus dos hijos de un derrame cerebral fulminante. Más tarde hemos ido a su casa, a mostrar nuestra simpatía a la familia. El marido estaba dentro con el cadáver y, según la costumbre Bauri, no saldrá de ella en una semana. He sacado la foto del niño con su abuela a la puerta de su casa. A Prosenjit le he tenido que llevar varias veces en los últimos meses al dispensario con infecciones severas de la piel. El padre trabaja en la plantación de té y no podrá ocuparse de los críos; la abuela también trabaja en el té en una plantación a muchos kilómetros de aquí. Qué va a ser de ti y de tu hermanito, quién cocinará para vosotros, quién os dará un beso por la Noche Antes de dormir, quién te llevará al colegio cuando tengas edad de ir el año que viene. Y luego, tengo grabada en el alma la naturalidad con la me dijiste que tu mamá se había muerto, como si supieras ya desde pequeño que la muerte es parte de la vida. En el día de la Epifanía, Prosenjit, su hermanito, su abuela y su para siempre desaparecida mamá han sido mi particular epifanía del Señor.