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Soy un Hereje

Recordando al mono del post anterior, ese que quería llegar arriba y tomar los jugosos plátanos pero cada vez que lo intentaba recibía una paliza de sus “compañeros”, tengo que decir algo ¿Sabes que tiene nombre? ¿Sabes como le llaman los demás chimpancés? Le llaman HEREJE…

Le Llaman Hereje por querer alcanzar algo mejor.
Le Llaman Hereje por no conformarse con lo mismo que “su grupo”
Le llaman hereje por investigar si esos “plátanos” pueden ser buenos… O quizás no.
Le llaman hereje porque no opina igual que la mayoría.
Le llaman hereje por querer encontrar explicación a esas “palizas irracionales”.
Le llaman hereje por sentirse libre para actuar como cree que debe hacerlo.
Le llaman hereje por no ser un preso oprimido por las normas institucionales.
Le llaman hereje por pensar, por no agachar asustado su cabeza.
Le llaman hereje por soñar que quizás haya una vida mejor fuera de “las cuatros paredes” de la jaula…

¿Y sabes lo peor? Que los mismos “compañeros” que le llaman “hereje”, son presa de sus propios prejuicios, de costumbres adquiridas y repetidas irracionalmente, incluso en el uso de esa Palabra “hereje”… Y es que en una jaula no se puede soñar con vivir fuera de ella, ni con saltar de árbol en árbol tomando la comida fresca por uno mismo… Eso es una utopía, de modo que mejor se etiqueta al tipo que lo intente de “hereje” (cual insulto semejante a una condenación eterna y segura), y así nadie más querrá seguir los pasos del osado/a.
Si quieres leer más del tema, puedes...

El tema es que si hablamos de religiones, cristianismo y varios, es paradójico que (sin querer entrar en discusión entre grupos denominacionales) los católicos llaman herejes a los protestantes, los evangélicos hacen lo propio con los católicos, dentro de cada uno de estos grupos hay subgrupos o sectas (perdón, quise decir denominaciones) que igualmente afirman que los demás son los herejes… Y en todo este revuelo, multitudes de personas mueren sin saber que hay un Cristo maravilloso, y que es el Camino para alcanzar la vida plena, y la eterna, porque Él mismo es la Vida.

Y cuando digo esto, tengo que aclarar que la palabra “hereje”, en el Diccionario de la Real Academia Española de la Lengua, tiene como primeras definiciones estas:

1.Persona que niega alguno de los dogmas establecidos por una religión.
2.Persona que disiente o se aparta de la línea oficial de opinión…

Pero no deja de ser curioso como este ilustre diccionario es también presa de la cultura represiva en que fue escrito, porque etimológicamente hablando, la raíz original de “hereje” para nada tenía que ver con la religión, de modo que ¿A qué viene esa primera definición? ¿Quién marca cual es el dogma correcto? ¿La Academia de la Lengua ahora imparte clases de Teología? (*) ¿Y nosotros le seguiremos la corriente una vez más? Pues yo no tengo esa intención.

En la WIKIPEDIA podemos leer muchas cosas acerca de esta palabra:

“Basándose en la etimología griega de la palabra, que proviene de "hairesis", que significa una elección o un grupo de creyentes, es una escuela del pensamiento. La herejía es la expresión de una visión desde algo preestablecido, un credo. Por ejemplo, los católicos creen herejes a los protestantes, mientras que para algunos no católicos el catolicismo es considerado como la "Gran Apostasía". En la antigüedad no tenía un significado peyorativo.”

Por otro lado, recomiendo la lectura de un artículo publicado por “Monja Clandestina” en su blog Teosubversión, y también su segunda parte de la que extraigo algunos recortes y me permito resaltar algunas citas:

La palabra hereje viene de “hairesis”: Decisión tomada, me permite ser hereje sin tener que pedir perdón. […] La palabra "hairesis" era en principio "airesis." De "airesis", vino "airetikos", siempre dentro de la matriz griega. "Airetikos" se refiere a un acto que se salga de lo establecido, sin que necesariamente signifique una contravención ni una ilegalidad. Se trataba de una libertad de elegir, y esa elección no constituía delito. […]

Pero elegir fuera de las normas propias de lo común y corriente, le daba al "airetikos" cierta notoriedad. No siempre una mala notoriedad. "Airetikos" podría ser un artista fuera de lo ordinario, es decir extraordinario, alguien que se expande fuera de las normas teóricas de lo artístico y que sale de lo convencional. En la antigüedad, a muchos de los mejores geómetras y matemáticos se los elogiaba por "airetikos", por haberse atrevido a indagar más allá de lo establecido. […]

Sin querer darse cuenta, algunos evangélicos y protestantes toman la misma definición de Hereje y Herejía que la que quedó como uso local de mano de escolásticos, inquisidores y conciliares católicos.
..

El sustantivo "pro-airesis" muestra que la herejía puede ser más bien saludable y honesta, que puede ser una muestra incluso de la libertad de conciencia para poder tomar decisiones en cuanto a la fe. Cuando una persona tiene "pro-airesis", tiene madurez, es una persona adulta con capacidad intelectual desarrollada que le permite tomar decisiones independientemente de todos sus ayos.

De modo que cuando empleamos la palabra “hereje” como sinónimo de algo malo o de desvío doctrinal, en realidad NO estamos tomando el sentido original de la palabra, sino el que le dio la historia de la iglesia “católica”. Veamos:

La historia comienza gobernando Constantino I el Imperio Romano, a principios del siglo IV d.C. Tuvo lugar en el año 317 el Concilio de Nicomedia (Nicea en latín) que entre otras cosas se erigió como tribunal para condenar a Arrio con la excomunión, si este no se retractaba de sus “pensamientos heréticos”, es decir, fuera de lo establecido por los dogmas que se estaban estableciendo por entonces. Aquí comenzó a usarse en todo despectivo o amenazante la palabra hereje (hasta entonces había sido algo así como sinónimo de elegir…)

Por no alargar la historia, podemos llegar hasta el año 1656 donde se dicta la bula “Gratia Divina” que da por definir la herejía como: “Enseñanza, creencia o defensa de dogmas, propuestas u opiniones en contra de las enseñanzas de la Santa Biblia, los Santos Evangelios, la Tradición o el Magisterio” [énfasis añadido].

Muchos textos corroboran el peregrinar hasta el deterioro del término “hereje”, pero baste con algunas anotaciones para tomar conciencia del cambio semántico:

“Se llama herejía la negación pertinaz, después de recibido el bautismo, de una verdad que ha de creerse con fe divina y católica, o la duda pertinaz sobre la misma” (Código de Derecho Canónico - CIC can. 751). -CIC# 2089.

“La herejía es la oposición voluntaria a la autoridad de Dios depositada en Pedro, los Apóstoles y sus sucesores y lleva a la excomunión inmediata o "latae sententiae" (Ver CIC can. 1364), es decir, a la separación de los sacramentos de la Iglesia.”

Bajo esta torcida visión, pretendían explicar por qué algunos personajes, fueron considerados herejes por motivos doctrinales (Lutero, Erasmo, Pedro Valdo, Calvino, Valentino y Pelagio…) La lista sería interminable. Pero sorprende aún más como convivió con la historia del “cristianismo” la que podríamos denominar “herejía científica” que en lugar de considerar la ventaja de tener mentes privilegiadas que traerían avances tremendos al mundo, prefirieron usar nuevamente la palabra “hereje” en tono despectivo y acusador, con personajes como:

- Hypatia de Alejandría, que a principios del siglo V de nuestra era, murió golpeada, arrastrada desnuda por la ciudad y despellejada, por el simple hecho de ser una adelantada filósofa y tener una mente preclara para la aritmética… como “problema añadido”, era mujer. Algo que parece estar ligado a ella, fue que uno de los lugares donde se la había podido ver a menudo, fue quemado por otros “cristianos”; hablamos de la famosa “Biblioteca de Alejandría”.

- Copérnico murió después de publicar un libro que establecía que la Tierra no era el centro inmóvil del Universo… Ya conoces la historia.

- Galileo Galilei tuvo que retractarse por decir que la Tierra giraba alrededor del Sol, para no morir de manos de la Inquisición…

¿Y qué diremos si recordamos a Jesucristo? ¿Acaso no fue un hereje para los supuestos “entendidos religiosos” de su época? ¿No creían que se salía del tiesto con sus enseñanzas y afirmaciones?

¿Por qué le cuesta tanto a nuestra cuadriculada mente admitir los cambios?

Por eso, en vista de esta escueta lista de personajes que marcaron historia, que fueron catalogados de “herejes”, podríamos decir que verdaderamente lo fueron, pero no en el sentido despectivo con que los catalogaron, sino con el del origen real de la palabra, el de personas que DECIDIERON ser distintas, formar parte de algo diferente, sobresalir en sus respectivas épocas por buscar (cada cual a su modo) la verdad, o un mayor entendimiento del mundo que les rodeaba.

De modo que si alguno quiere seguir diciendo hereje para descalificar a otro por su forma de pensar, que lo siga haciendo, pero a sabiendas de que le sigue la corriente a la “Santa Inquisición de la Iglesia Católica Romana”.

El Nuevo Testamento (versión RV60) usa la palabra “herejía” (gr. Airesis) solo en 3 ocasiones:

El texto más comprometido está en Gálatas 5:20, porque la palabra aparece con el matiz de su otra acepción, la de separación que puede desembocar en divisiones (a causa de pensar distinto). Se ve claro el sentido leyendo las palabras que cita inmediatamente antes y después en el texto bíblico (enemistades, pleitos, celos, iras, contiendas, disensiones, herejías, envidias…)

En 2ª Pedro 2:1 dice “herejías destructoras” donde no es la primera palabra la mala, sino el hecho de que esas decisiones tengan el propósito de destruir (ya que por sí sola, la palabra “herejías” no sería sinónimo de nada negativo en este contexto).

En Hechos 24:14 es Pablo el que dice a Félix: “Pero esto te confieso, que según el Camino que ellos llaman herejía, así sirvo al Dios de mis padres”. De modo que si seguir a Cristo es una herejía, con gusto me alegraré de que me llamen hereje.

Los que hoy dicen “hereje” bien podrían plantearse cambiar el término por: Falsos maestros, falsos profetas, engañadores, mentirosos, manipuladores, tergiversadores de la verdad, lobos vestidos de oveja, contenciosos y en algunos casos incluso blasfemos…

Sé que no es demasiado probable el hecho de que, tras cientos de años y millones de personas usando la palabra tratada en modo despectivo, esto cambie; pero al menos yo intentaré usar la palabra “hereje” con su significado inicial, como algo BUENO, como la DECISIÓN YA TOMADA de salir de lo aceptado por la mayoría, con el fin de investigar hasta estar plenamente convencido de por qué creo en lo que creo. Por eso, marcaré una sonrisa en mi rostro, alzaré mis ojos a los montes… Y cantaré esta canción:

“Quizás muchos piensen que un hereje soy,
Yo mientras sonrío, porque contento voy;

No me ofende esa palabra, a Dios gracias le doy,

Porque sigo en su Camino, ahí es donde estoy.”


__________________________________

NOTA (*): El Diccionario de la Lengua Española, comete el mismo error de definir bajo el filtro doctrinal católico romano otras muchas palabras (además de la citada “herejía”). Algunos ejemplos que podríamos dar son: Bautismo, penitencia, blasfemia, pastor o sacramento.



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