Otra cosa distinta es la necedad de los que pretenden lograrlo todo sin recibir nada a cambio. Pueden pensarlo de esta manera, podían evitar una Vacancia presidencial que hubiera llevado a la renuncia de los vicepresidentes y el control de facto de todos los poderes del Estado por Keiko Fujimori y su Fuerza Popular o por el otro lado, dejar encerrado a Alberto Fujimori algunos años más. No se puede obtener todo en esta vida. Hay que ceder algo para ganar algo.
Related Articles
Me sorprende la ingenuidad del antifujimorista promedio, me sorprenden ingratamente ¿Qué pensaban que iba a pedir Kenji a cambio de su voto y el de sus cruciales 9 seguidores? ¿Un ministerio, un viaje a Disneyworld, la clonación de puñete? Claro que no, su precio tenía que ser necesariamente la libertad de su padre y eso era lo único que el gobierno podía ofrecerle. Así es la política, se dialoga, se acuerda y se negocia. El indulto de Fujimori padre es en ese sentido, un intercambio equivalente entre dos partes para que cada una logre su objetivo. El presidente no ha traicionado a nadie, hizo lo que tenía que hacerse para mantenerse en el poder. Ni más ni menos.
Recordemos lo que decía el célebre sociólogo alemán, Max Weber en su célebre ensayo, la política como vocación:
"También los cristianos primitivos sabían muy exactamente que el mundo está regido por los demonios y que quien se mete en política, es decir, quien accede a utilizar como medios el poder y la violencia, ha sellado un pacto con el diablo, de tal modo que ya no es cierto que en su actividad lo bueno sólo produzca el bien y lo malo el mal, sino que frecuentemente sucede lo contrario. Quien no ve esto es un niño, políticamente hablando"
Se entiende que estemos conmocionados por la forma del intercambio de favores que ha devenido en la liberación de Fujimori, pero podemos pensar también que este es un primer paso para sanar heridas largo tiempo abiertas y producir la reconciliación entre los peruanos. El fujimorismo representa al menos un 20% del electorado y algo más del 50% de la población se encuentra de acuerdo –según diversas encuestas- en la necesidad de indultar al ya anciano expresidente.
Y mientras los antifujimoristas profesionales y sus aprendices se dan de bruces con la realpolitik, esperemos que el buen PPK que ha demostrado que lo que sí sabe hacer muy bien, es tejer pactos y acuerdos, utilice esta habilidad en pro de la gobernabilidad peruana. Estamos hartos del enfrentamiento entre oficialismo y fujimorismo. Es difícil que prospere otro intento de vacancia al menos en el futuro inmediato. A despecho de Arana que con esto del indulto vera crecer su figura entre el electorado zurdo a despecho de los ingenuotes de Nuevo Perú. Por tanto, sin vacancia de por medio y con el precedente del indulto, podemos esperar al menos cierta colaboración tacita entre PPK y Fuerza Popular que podría darle un segundo aire al gobierno de PPK. Esperemos eso sí, que el presidente deje de bailar al filo del abismo y empiece a tocar la flauta de la concertación.
Hasta próxima ocasión
Iván Budinich Castro
