Las herramientas de las que dispone un Almacenero son sus más fieles compañeras en la dura tarea de satisfacer al cliente en cuanto a calidad de atención.
Desde los simples cuchillos, pasando por los modernos aparatos electrónicos hasta los grandes equipos de refrigeración, las máquinas se han convertido en íconos de la cultura almacenera.
Comenzaremos pues con un representante indiscutible del almacén: La cortadora de Fiambre. Originalmente diseñada para los primeros chacinados de principio de siglo, el concepto de una hoja giratoria montada sobre rieles que permitan “tajar” la carne no es algo nuevo en si, pero la forma en la que se adoptó a los estándares de la venta al público hablan maravillas de la inventiva de los ingenieros y técnicos que dieron a esta máquina su forma definitiva. Las primeras máquinas eran operadas por medio de una manija que accionaba el disco de corte obligando al almacenero a un doble trabajo: por un lado accionar la manivela y por el otro a mover el carro que contiene el fiambre a fin de deslizarlo por entre la hoja y la quilla del cubre hoja.
El diseño de esta máquina permaneció sin cambios hasta que a principios de la década del 50, las primeras máquinas eléctricas (De uso minorista) entraron al mercado.
En mas de 50 años, el diseño básico ha permanecido casi sin cambios, las mejoras mas significativas aplicadas a tan eficiente diseño han sido en las referentes a la seguridad (Barberos, sujeta hojas) Eficiencia del motor (Velocidades mas altas, refrigeración del motor) y a los accesorios (Afiladores incorporados, balanza integrada, emisor de tickets, etc)