por AMML

Quiero Poder decirte lo que pienso y siento, pero sobre todo quiero que puedas escucharme, sólo escucharme, acompañarme y sentarte ahí junto a mí, callado.

Quiero poder hablar de todo, pero que me escuches sin que trates de cambiarme o de cambiar mi modo de pensar para que piense como tú. Quiero Poder abrir mi corazón ante ti, porque está lleno de amor por ti. ¿Por qué yo puedo escucharte y aceptarte aunque no pueda estar de acuerdo contigo? Aun así respeto tu posición. ¿Por qué no puedes hacer lo mismo por mí?

Ha sido difícil para mí tener que callarme siempre para dejarte hablar y darte la razón por temor a tu rechazo o abandono. Pero es aún más difícil ahora que soy adulta seguir comportándome así con las personas, porque desde chica aprendí que no soy buena en eso de tener razón.

Es difícil poder ser sincera con los demás por miedo a contradecirlos y al mismo tiempo me siento mal e hipócrita por asentir ante cosas y razones que no me convencen. Llevo cargando un dolor muy grande porque al callarme me he traicionado a mí misma tantas veces que perdí la cuenta y se volvió un hábito darle la palabra y la razón a cualquiera.

He tenido tanto miedo de hablar y ser sincera que me volví tartamuda. En otras ocasiones río cuando hablo para poder dejar salir el nerviosismo que me da escucharme y que me escuchen, no vaya a ser que se me salga una tontería que me avergüence y prefiero reír antes de que se rían de mí. Dejé de sentir confianza en mis sentimientos y pensamientos y confianza en mi propia voz y dejé pasar momentos en los que pude alzarla, pero no tuve el valor de hacerlo, así que de a poco perdió su espontaneidad, su fuerza y se volvió triste y tímida, pero sobre todo temerosa.

He intentado poder regresarle su fuerza y lucho todos los días por hacerme oír, trabajo en ello incansablemente por mí y para mí, pero no ha sido fácil y la verdad no sé cuando podrá mi voz regresar a mi completamente reivindicada, sana y fuerte.

AMML