Fueron aquellas cartas
las que me confundían
las que me alimentaban
el corazón y el alma.
*
A tu lado no estaba y
por la noche soñaba
como sueñan las olas
con ver la luna de mar.
*
Tus cartas, yo esperaba
igual que espera la huerta
el agua de la lluvia
que reavive la espiga.
*
Pero si bajo tierra
hay las raíces del fruto
bajo la tierra estaba
también mi corazón.
*
Cuando el soplo de vida
se me escape, aún entonces
mi mente llevará
recuerdo de tus cartas.
Eduard Martínez-Lledó
marzo 2017
(derechos de autor)