– Marina Muñoz Cervera –

¿Celebras tus acontecimientos importantes con comidas copiosas y calóricas?

Resulta paradójico que en la mayor parte de las sociedades actuales, la comida más insalubre se consuma como un gran premio, que disfrutamos en nuestras celebraciones, y la alimentación sana sea el castigo al que nos sometemos en la vida diaria como una necesidad para no enfermar.

Angela Quintas, química y experta en nutrición clínica, expresa, en un artículo publicado en El País el sábado 25 de marzo de 2017, lo siguiente: “Ahora mismo, la comida se utiliza como premio o como castigo. Se ofrece una bomba calórica como un trofeo, cuando en realidad el mayor regalo es un buen comportamiento hacia la comida”.

En los cumpleaños no faltan enormes tartas cargadas de grasas saturadas, sodio, azúcares y aditivos diversos, regadas con refrescos azucarados de todo tipo. En otro tipo de celebraciones, las mesas cargadas con comida diversa, normalmente, poco equilibrada, con proteínas en exceso, escasa verdura y mucha grasa, son los exquisitos manjares que nos ayudan a pasarlo bien.

Y nos da pena pensar que, a lo largo de nuestra vida cotidiana, tenemos que privarnos de los manjares mencionados para resultar saludables, viviendo esto último casi como un castigo.

¿Estamos descargando demasiada emoción en la comida, olvidándonos de la razón?

¿La comida sana puede ser un regalo?

Si tenemos en cuenta que una alimentación variada, equilibrada, satisfactoria y lo más natural posible es la fuente básica de nuestra salud física y emocional, podríamos considerarla como un gran regalo.

Gracias a los conocimientos actuales, nuestra comida es al mismo tiempo la medicina que nos permite vivir más y mejor.

Si estamos acostumbrados a comer de forma saludable, lo que resulta un castigo es tener que comer alimentos o bebidas que no lo son, y podemos adaptar cualquier celebración o evento a una alimentación sana que siga manteniendo nuestro cuerpo, sin interrupciones, en buen estado. Y, por otro lado, si un día nos apetece comer cualquier cosa, nuestro organismo puede compensar fácilmente el exceso.

¿Porqué se considera un castigo?

Si nos situamos, emocionalmente, en el lugar de la comida como recompensa en vez de como necesidad de vida, intentaremos que nuestro premio sea lo más atractivo, abundante y caprichoso posible, olvidándonos por completo de nuestra salud o mirándola de reojo. En este caso, cualquier limitación, aunque redunde en nuestro beneficio, nos parecerá tediosa y castigadora.

Tener la posibilidad de comer es para el ser humano un derecho y la posibilidad de elegir entre los alimentos sanos y los insalubres es un privilegio que nos permite llenar nuestro cuerpo de los nutrientes que necesita para seguir viviendo con calidad de vida.

Sin embargo, en el mundo actual, la necesidad de relajarse ante una mesa con abundante comida sin pensar en nada más que en comer, es una norma cotidiana.

De hecho, existe la tendencia de considerar los alimentos sanos como poco apetitosos, a pesar de que no tiene porqué ser así, ya que todo depende de nuestra imaginación en la cocina (forma de presentación, mezcla de sabores, olores, etc.).

Os animo a reflexionar¡¡

Fuente:

Alberto G. Palomo. “Si las mejores revistas científicas publican cada día un estudio sobre el sobrepeso, ¿por qué cada vez estamos más gordos?”. Buena Vida. El País. 25-3-17.
http://elpais.com/elpais/2017/03/22/buenavida/1490182055_932302.html

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