Los alimentos orgánicos son aquellos que también se les conoce como ecológicos porque durante su producción o se les añade ningún producto artificial. Esto lo puedes ver más que todo en los cultivos donde tradicionalmente se les añade muchos componentes artificiales para el control de enfermedades como pesticidas o para favorecer el rendimiento de las plantas como los fertilizantes.

En los alimentos orgánicos no se les añade nada de esto ya que se procuran utilizar sistemas de control de enfermedades que sean naturales al igual que los métodos para fertilizar los terrenos, usando más que todo fertilizantes naturales como estiércol de ganado.

Controversia de orgánico versus tradicional

Existe la discusión de si en realidad vale la pena el uso de métodos orgánicos en el proceso de elaboración de alimentos. Los estudios no han sido concluyentes al respecto pero la lógica dice que un alimento orgánico debe ser más saludable que otro donde se le ha añadido elementos artificiales para su elaboración.

El problema es que cada vez es más difícil determinar qué tan orgánico es un alimento debido a la contaminación presente en el suelo, agua y aire. Otro problema es que los procesos orgánicos afectan la productividad haciendo que baje la producción. Ahí es donde chocan ciertos intereses económicos.

Si quitáramos el elemento económico de la ecuación entonces nuestros gustos deberían decantarse por los alimentos orgánicos. Es cuestión de sabor y calidad. Cuando te comes un pollo del corral de la abuela sabes que su carne está libre de muchos químicos mientras que si lo compras en el súper mercado vienen atiborrados de hormonas y adrenalina.

Y el sabor nunca es igual. Por ejemplo, un bistec orgánico despide un olor muy característico al ser asado pero la carne de una res tratada con hormonas de engorde suele tener un aroma poco provocativo al ser lanzada a las brasas.