La semana pasada vivimos un “Buen Fin” de locura. En el que el consumismo se posesionó de todos con el pretexto de obtener una muy buena oferta

No podemos evitar tener ganas de Comprar, y menos en esta época en la que estamos listos para agasajar a nuestros seres queridos con un regalo. Además las “ofertas” de fin de año, y la inversión que algunas marcas hacen en publicidad nos mantienen atentos para que sigamos adquiriendo cosas.

El Consumismo en el que estamos sumergidos no se va terminar. Y menos de un día a otro. Sin embargo, sí creo que tenemos que construir conciencia al comprar, en nosotros y en nuestros hijos.

Cuando compramos por que realmente necesitamos algo, normalmente hacemos una revisión y análisis. Buscamos una buena opción que satisfaga esa necesidad y al mismo tiempo que nos sea adecuado al bolsillo. Pero, cuando compramos por impulso, solemos únicamente ver el costo o solo buscamos llenar un vacío, no satisfacer una necesidad. Y terminamos muchas veces con un montón de productos que no necesitamos, nunca usamos y que solo están haciendo bulto en nuestras casas.

Esta Navidad, los invito a ser más conscientes con sus regalos. Sé que no dejarán de comprar, pero si lo hacen busquen opciones locales, que sean duraderas, que les sean de utilidad a las otras personas y ya de paso, aquellas que permitan saber qué hacer con ese objeto una vez que se vuelva un desperdicio. ¡Ah y no olvidemos los empaques reciclables o biodegradables!

La Navidad es una de las épocas más bonita para dar y recibir, pero ¿Por qué no darle al Planeta un respiro después de todo lo que hemos recibido de él? Conversemos de esto en Twitter o Instagram #ConsumismoNavideño