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Parque Loro Sexi: “un oasis de sonidos y color” para disfrutar con niños

La visita al Parque Loro Sexi la tenía en mente desde que nació nuestra pequeña. Hemos esperado que estuviera un poco más grande para que pudiera percibir los colores, olores y sobre todo, los sonidos, de este parque tan peculiar situado tan cerquita. Concretamente en Almuñecar, pueblo costero muy turístico de la costa granadina, que tiene muchos atractivos para ser visitado, tanto por su ubicación y su oferta, como por su accesibilidad. Desde Almería, en poco más de una hora estamos en este pueblo tropical. Pero en esta ocasión sólo hablaré del Loro Sexi y de los Peñones de San Cristóbal, situados en el paseo marítimo de esta localidad.

Conocí el Loro Sexi de la mano de mis padres cuando era pequeña, esos domingos de aventuras nos llevaron en alguna una ocasión al AquaTropic y al Loro Sexi, que recuerdos aquellos, cuando corríamos para tirarnos por los toboganes del parque acuático y acabábamos con las entrepiernas llenas de rozaduras por la sal del agua. Seguro que en un par de años nuestra pequeña sufrirá lo mismo.

Parece increíble con los tiempos que corren, que este parque siga funcionando desde que comenzará su andadura en 1987 (creo que yo lo conocí en sus primeros años), probablemente su éxito se deba a su situación (en los pies del Castillo de San Miguel) y a su diseño, que te permite disfrutar de él en cualquier época del año. También a que alberga unos 1.500 ejemplares de aves y cuenta con un jardín de cactus, distribuidos en varios niveles que son fácilmente accesibles con niños (no con la sillita), lo que hace que su visita sea tranquila y relajada, y lo mejor, sin un tiempo establecido.

Os describo un poco las instalaciones, tras adquirir la entrada (4 euros los adultos y 2 euros los niños de 4 a 12 años, los menores de 4 años acceden al parque gratuitamente, cierran los lunes), accedemos a un jardín tropical donde hay un estanque con patos y palomas que danzan felizmente por este espacio.

A partir de este punto hay varios carteles indicadores de la distribución del parque para que organices la visita como te apetezca o te deje la curiosidad de los más pequeños.

Plano de distribución de Loro Sexi

En nuestro caso, nos dirigimos directamente a los Lémures, que estaban haciendo de las suyas de un sitio para otro, su actividad llama la atención bastante hasta que comienzas a escuchar a los loros y compañía parlando.

Lémures en Loro Sexi

Así que nos tuvimos que ir a buscar de donde venía ese sonido, el primer acercamiento fue muy curioso: ojos abiertos y manos señalando a la jaula donde estaban unos animales que hacían ruidos y sin quitarles la vista de encima. Poco a poco la peque se fue adaptando a estos sonidos y quería avanzar y descubrir los colores de los animales que no paraban de volar y parlar.

No sabría decir cuánto tiempo estuvimos en esta zona del parque, pero fue bastante, se quedaba hipnotizada mirando a los pájaros y nosotros a ella (lo siento, lo de los nombres lo llevo fatal). Al fin logramos avanzar y estuvimos dando un paseo por el jardín de cactus, donde sorpresa!! apareció un conejo. Conseguimos avanzar y nuevamente acabamos en los lémures.

Un conejo entre loros en Loro Sexi

De ahí nos fuimos a pasear por la zona de jaulas situada alrededor del estanque central, llenas de vida y color. En una de las esquinas hay un espacio lleno de túneles por el gran trabajo de los suricata, aquí estuvimos otro rato, pues es muy divertido ver como se meten por un agujero y salen por otro… hakuna matata.

Donde se esconden los suricata? Loro Sexi

Muy cerca hay otro estanque más pequeño lleno de tortugas, con un puente que lo cruza, adivinad donde jugamos al pilla pilla…

Al salir del parque, que nos costó, estaba atardeciendo y decidimos subir los Peñones de San Cristóbal (la subida es leve y merece la pena, en la cima hay una planicie con unas vistas a toda la bahía únicas), un monumento natural con una gran leyenda detrás, leed el cartel informativo:

Panel ilustrativo de los Peñoles de San Cristóbal (Monumento Natural)

Unas vistas de película, en un momento idílico del día:

Después del esfuerzo toca alimentar el cuerpo, así que avanzando por el paseo marítimo buscando un sitio, encontramos un lugar donde fríen patatas en el momento, Churrería San Cristóbal, y como nos gustan tanto, nos compramos una bolsa y nos la tomamos de aperitivo, estaban buenísimas, esto de compartir gustos tiene sus ventajas. Acabamos la aventura cenando en un chiringuito, cualquiera de los situados en el paseo marítimo o alrededores esta bien para comentar la aventura vivida.

Seguro que volveremos a este municipio, pues está cerquita y tiene muchas cosas que ver y hacer, sólo hay que visitar la web del Ayuntamiento o preguntarle al Sr. Google. Además tenemos que volver a vivir un atardecer en los Peñones de San Cristóbal, os apuntáis?

@cabraluz

#NoOlvidesTuCantimplora que la vida es una #Aventura

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