La sal es, sin duda alguna, uno de los condimentos más habituales en todas nuestras recetas, salvando las tartas y postres dulces. Le ponemos sal a casi todo, y esto es algo que ya hemos considerado como normal, por haberlo hecho siempre. Sin embargo, la sal puede poner en peligro a nuestro organismo si se consume de manera exagerada… y sentimos decirte que la mayoría de nosotros consumimos más de la que debemos, como vamos a comprobar a continuación.

El ingrediente principal de la sal es el sodio, un mineral necesario para nuestro cuerpo y que podemos encontrar también en pescados y otro tipo de comidas. El alto nivel de sodio de la sal la convierte en un alimento “peligroso” para nosotros en el sentido de que hay que tener mucho cuidado para no pasarnos con la cantidad recomendada. Y es que el hábito de ponerle mucha sal a cualquier plato para potenciar su sabor puede acarrearnos Problemas a largo plazo.

El abuso de la sal puede generar problemas intestinales y también en nuestros riñones, ya que este órgano suele acumular el sodio hasta convertirlo en pequeñas piedras que pueden darnos Muchos Problemas. Y si los riñones no funcionan bien, nuestro aparato digestivo no lo hará en su conjunto, con los perjuicios que esto conlleva. El sodio también es causante en muchos casos de problemas cardíacos, al hacer que nuestra tensión suba más de lo debido. Por eso a muchas personas con estos problemas le quitan o reducen considerablemente la sal en sus comidas.

No estamos hablando de llegar a ese extremo desde el principio, desde luego, pero sí tener mucho más cuidado con todo lo que le ponemos a nuestros platos, especialmente cuando estemos sazonándolos. La cantidad de sal puede ser determinante no solo para darle ese sabor que queremos, sino también para provocarnos muchos problemas a medio y largo plazo. Por eso, la preocupación debe acompañarnos siempre que preparemos cualquier plato.