Llevaba tiempo guardando esta gráfica que me encontré en este artículo, en el que se trata el tema de la Europa de las dos velocidades, compras online, etc. 

Esto me hace reflexionar sobre varios temas:

- En efecto las varias velocidades, y es que en el caso de España, internet representaba un 5,2% del PIB en nuestro país en 2015. (Más del doble de lo que genera la agricultura, y 0,3% menos de lo que supone el sector de la construcción.) 

- El número de compradores online en término relativo no sólo está influenciado por la cantidad de usuarios también en porcentaje, sino, históricamente cuándo se ha desarrollado esa red. En países como Luxemburgo, Holanda, Reino Unido, es fácil cablear o desarrollar redes por los escasos accidentes geográficos, de hecho, es uno de los motivantes en que sean pioneros en estos sectores dentro de la Unión.

- España y Portugal, diferencias interesantes. Igual pasa entre Holanda y Bélgica. Y otros cuantos casos que son vecinos y se parecen lo mismo que una sartén a una cazuela, en este tipo de casos, un 10% para mi es una barbaridad de diferencia.

- El sol del sur de Europa frente al frío internet del norte. Nos guste o no, el término relativo de compradores online en países como Chipre, Italia, Grecia, España o Portugal, es inferior al del norte o Europa occidental. Se indentifica también otro grupo de los países del Este de Europa, con Bulgaria, Turquía, Rumanía y Hungría con otro ritmo incluso menor al de sur de Europa.

- El PIB y la economía marcan el ritmo, ya demostrado también en el punto anterior, al ser países enfocados de una forma u otra a unas industrias productivas. Suelen tener PIBs en sectores y actividades económicas bastante relacionadas estos países.

- Factores culturales, desconfianza, hábitos en formas de pago y otros. Existen en los países con mayor penetración formas de pago estandarizadas, hablamos de iDeal, Klarna, pago a 8 días u otras. Hablamos también de que en estos países la venta a distancia ya tenía una mayor penetración que la que tenía en España y el sur de Europa. Culturalmente, nos gusta, ver y tocar, somos más desconfiados y temerosos al fraude frente a otros países. El habitual patrón cultural de en “internet te roban tus datos”, fomentada también por suculentos ingresos de seguros y tarjetas monedero por parte de los bancos, por no descartar también los maravillosos titulares que te puedes encontrar en internet sobre alguna noticia puntual de un fraude.

- En España todo el mundo tiene un primo o un cuñao, y claro, lo consigue todo más barato que el resto en… “X” sitios y formas. Pero en vez de comprar, le pedimos que nos lo compre. (No tengo muy claro en este caso si es por vagos, por desconocimiento o por el habitual miedo por el tema de las tarjetas).

- Tasa de penetración de smartphone per cápita, España es de las más altas del mundo, pero… ¿aún así tenemos miedo a meter la tarjeta? Esto me produce lo mismo que cuando oigo a alguien decir que no va a pagar lo que vale la aplicación de whatsapp, que… ¡menudos estafadores!

Por suerte, todo cambia, y seguirá cambiando, las próximas generaciones no tendrán miedo a meter la tarjeta, ni querrán ir al banco, ni al supermercado, o… eso espero.