"Yo contigo mantengo las distancias.
Mi anhelo las rompe, alegremente".
Jorge Drexler



Quiero retroceder o avanzar,
quedarme quieto y respirar el aire,
ver como cae el sol sobre mi guisqui doble
servido en decepción y universos volátiles
que giran, gimen, gesticulan fonemas explosivos
como tómbolas sorpresa después de una tormenta.

Quiero beberme esa cicuta fría y momentánea,
ese círculo de vicios y paradojas incandescentes
que cercan posibilidades tibias
a medio rincón de libros y pósters
de músicos que ya están bajo tierra y no respiran aire.
Quiero alucinar ternura luego del abismo rocanroler del silencio.


Quiero salir al parque, hacer un picnic.
Quiero ir al mar de una vez por todas y dejar que el viejo sabio
me lama las heridas tercas con su eterna sal de poemas al unísono.

Quiero encender las luces de la ciudad
cuando susurra oscuridades y recuerdos torpes.
Quiero ver tu boca estallar en risas espontáneas de lisérgico.


Quiero tantas cosas,
las pongo claras porque esto soy:
Manojo de honestidades y verdades,
Corazón de deseos vaporizado en orgasmos y eternidades.

Quiero ver tu historia coincidir con mi historia.
Quiero alucinar tu viaje y duplicar la dosis de ternura.
Ver mi mano girar constelaciones de lunares en tu cintura.
Contemplar a mis cometas orbitando tu astro triste a media madrugada.

Perder la razón voluntariamente.
Perder las llaves del auto para que te quedes todo el fin de semana.
Perder la noción del tiempo dormido en tu cadera firme y sicodélica.


¡Qué locas ganas de perderme en tus ganas!
Ganas de flotar indefinidamente en tu mirada temperamental y ansiosa.

¡Qué locas ganas de aterrizar y despegar sobre el silencio de tus instantes!
¡Qué locas ganas, guapa, de empezar a soñar tus sueños!


(Incompleto... Y así, el poema continúa hasta el infinito de los anhelos).