De admiradores, aduladores y vanidosos ¿Quién no necesita escuchar de vez en cuando algún halago? ¿A quién no le apetece ofrecerlo? Sin embargo, como todo intercambio humano, el Elogio también está sujeto a códigos; hay que contar con su gracia y su desgracia, su equilibrio y su exceso. Halagar es un regalo, pero, como todo, tiene su oportunidad y su arte. A todos nos gusta que nos