La felicidad como promedio Parece que alegrías y penas tendieran a oscilar en torno a ese valor en el que la vida se nos antoja anodina y resulta que, en definitiva, solo es simple. El grado de satisfacción con la vida, o, si se quiere, eso que llamamos “felicidad”, es algo variable que se estira y se encoge según el color del cristal con que se mira. Spinoza ya nos lo explicó: depende