Un sudor frío corre por mi espalda, siento los músculos tensarse.
La respiración se entrecorta y el corazón bombea más rápido.
Intento Moverme, sin ningún éxito. Tengo que escapar de aquí. De algún modo, debo idear un plan.
Una figura masculina me dice algo que no consigo descifrar. No habla español.
– ¿Qué quiere de mí? – Pienso y noto las lágrimas caer al suelo.
El desconocido, me empieza a tocar, a besar, y yo no Puedo quitarme a este ser depravado de encima.
La impotencia, la rabia y el asco me consumen.
¿Cómo vine a parar aquí?
¿Dónde estoy? ¿Por qué no puedo moverme?
El indeseable ser, luego de penetrarme se sale de arriba mío. Se va, y tranca con llaves la pieza inmunda.
Yo del estrés me duermo. Al despertar percibo que puedo usar mis manos, me desato.
Suena la puerta, y me encuentra en pleno escape. Corro, en dirección contraria pero es más grande y termina por atraparme.
Me ata a la cama. Le pido que se acerque, que necesito decirle algo al oído. Lo hace.
Le muerdo la oreja con todas las fuerzas que me quedan. Me grita, me golpea, y yo solo quiero que se vaya.
Me río porque sé que he de Morir pero no hoy porque mañana volveré a soñar lo mismo.