Mi tía favorita es la hermana menor de mi madre, es la única que logro su deseo de estudiar y de independizarse de la familia sin la necesidad de casarse, es una profesionista exitosa y respetada; podría asegurar que también es la hermana que más quiere mi madre y tal vez la favorita de toda la familia. Desde que recuerdo soy su consentida, ella cada vez que iba a la casa me llevaba un regalo, era mi modelo a seguir, es muy inteligente, sus pláticas tan interesantes hacían que mi admiración por ella creciera siempre que nos veíamos. Ella no tiene hijos, ni prospecto para casarse, pero si tiene una amiga que al hacer memoria no recuerdo cuando empecé a decirle tía también, ella era una chica dulce, con cabello castaño largo largo, le decían Topacio, como aquella vieja novela, y así le decía yo, Tía Topacio; era delgada, fina en su forma de hablar, muy risueña, todo un encanto de mujer; yo tendría unos diez años cuando le pregunte a mi tía Topacio porque no se casaba, y me dijo que teniendo una amiga como mi tía Tía no le interesaba un novio, porque ella llenaba todo en su vida; yo me sorprendí, pues no me imaginaba como podía mi tía Tía llenarlo todo, pues una amiga no era como un novio, al menos hasta donde yo entendía.
Cuando había fiestas de la familia, mi tía Topacio atendía mucho a mi tía Tía, siempre estaba pendiente de lo que ella necesitara, a veces con la mirada entendía lo que quería, yo siempre me sentaba con ellas, era el mejor lugar de las fiestas, ellas hacían bromas y críticas de la familia; además que siempre me trataron como un adulto aún siendo niña, ellas entran en mis mejores recuerdos de la infancia, cada cumpleaños, navidad y reyes ellas me daban lo que yo pedía; cuando yo tenía una alegría o un disgusto le llamaba a mi tía Tía y casualmente mi tía Topacio siempre estaba en su casa ella a veces era la que me consolaba y después llamaba mi tía Tía preguntándome como seguía. Siempre deseé una amistad así, ellas tan unidas, tan cercanas, me encantaba estar con ellas, siempre tenían tiempo para mi.
Cuando cumplía la mayoría de edad, después de la comida en la casa de mis padres; mi tía Tía me dijo que había olvidado mi regalo en su casa, que fuéramos y de paso a un bar. Fuimos directo al bar, y ahí mi tía Tía me dijo algo como -Siempre te considerado como adulta, pero hasta hoy, la ley dice que lo eres; y hasta hoy puedo confesarte que soy lesbiana, y que siempre te he visto como una hija, tal vez ya lo sabías... En ese momento me fui. No podía escuchar más, mis ojos se llenaban de lagrimas, me dolía; porque yo siempre había escuchado de otras personas que "eso" era malo, porque era pecado, porque estaba mal. Tome un taxi y llegue a mi casa gritanle a mi madre, como era posible que nadie me dijera antes? Porque si me creían adulta nunca confiaron en mi? Me habían mentido todos. Cuando en realidad estaba enojada conmigo, por no haberlo entendido antes.
Mi tía Tía trato de comunicarse conmigo, yo me negué todas las veces, como ya era "mayor de edad" no iba a las fiestas o reuniones familiares, ni festejaba más mi cumpleaños con ellos. Mi tía Tía se cambio de ciudad de residencia para estudiar una maestría, y con ella mi tía Topacio, no fui a la fiesta de despedida, ni al aeropuerto, les deje de hablar por completo. Casi diez años pasaron y mi tía Tía fue a ver a mi madre, ella no sabía que yo llegaría antes; así que nos vimos, fui indiferente, pero mi tía Tía se levanto con un poco de dificultad para saludarme, yo di un paso atrás, y le dije de forma despreciable -Estas enferma? Ella con voz quebrada me dijo -Le pedí a tu madre que no te lo dijera, no es tan grave; solo me rebanaron una... En ese momento me fije que le faltaba un seno, se me salieron las lágrimas, no pude más. Ella en cambio me abrazo, y grito -Topacio mira quien esta aquí, baja del coche los regalos, apúrate!!!! En este momento no puedo evitar llorar, y asquearme de mi misma, como pude hacer eso. Mi tía Topacio fue con nosotras y pregunto si podía abrazarme también, yo no podía hablar, solo lloraba y al tratar de hablar temblaba, mi tía Tía me hacía Shhhh... Todo esta bien, decía, yo gimoteaba y lloraba más.
Mi tía Tía y mi tía Topacio me llevaron muchos regalos, eran por cada cumpleaños, por cada navidad y por cada reyes que no había pasado con ellas en esos diez años, cada uno con papel más viejo que el otro, llore al abrirlos, no podía creer que ellas me siguieran comprando regalos y me siguieran queriendo después de mi estupidez. Hablamos las tres, como mujeres adultas, ahora si, pude decirles que fue miedo, que no era rechazo, que yo era la del error, disculpas, besos y abrazos se volvió todo. Después vino la tristeza; mi tía Tía le habían quitado un seno, por cáncer; que se lo descubrieron tarde, pero que ya estaba todo controlado, que no me preocupara, quería ser fuerte, pero lloré otra vez. Les pregunte que como lo podían soportar, y me dijeron que han soportado cosas peores, pero se tienen una a la otra, mi tía Topacio me dijo -Como te dije hace casi veinte años, porque ella llena todo en mi vida, y esta vez entendí perfectamente. Mi tía Tía sigue bien, porque mi tía Topacio la cuida mucho; es mi tía favorita y siempre tengo tiempo para ellas.
Cuando había fiestas de la familia, mi tía Topacio atendía mucho a mi tía Tía, siempre estaba pendiente de lo que ella necesitara, a veces con la mirada entendía lo que quería, yo siempre me sentaba con ellas, era el mejor lugar de las fiestas, ellas hacían bromas y críticas de la familia; además que siempre me trataron como un adulto aún siendo niña, ellas entran en mis mejores recuerdos de la infancia, cada cumpleaños, navidad y reyes ellas me daban lo que yo pedía; cuando yo tenía una alegría o un disgusto le llamaba a mi tía Tía y casualmente mi tía Topacio siempre estaba en su casa ella a veces era la que me consolaba y después llamaba mi tía Tía preguntándome como seguía. Siempre deseé una amistad así, ellas tan unidas, tan cercanas, me encantaba estar con ellas, siempre tenían tiempo para mi.
Cuando cumplía la mayoría de edad, después de la comida en la casa de mis padres; mi tía Tía me dijo que había olvidado mi regalo en su casa, que fuéramos y de paso a un bar. Fuimos directo al bar, y ahí mi tía Tía me dijo algo como -Siempre te considerado como adulta, pero hasta hoy, la ley dice que lo eres; y hasta hoy puedo confesarte que soy lesbiana, y que siempre te he visto como una hija, tal vez ya lo sabías... En ese momento me fui. No podía escuchar más, mis ojos se llenaban de lagrimas, me dolía; porque yo siempre había escuchado de otras personas que "eso" era malo, porque era pecado, porque estaba mal. Tome un taxi y llegue a mi casa gritanle a mi madre, como era posible que nadie me dijera antes? Porque si me creían adulta nunca confiaron en mi? Me habían mentido todos. Cuando en realidad estaba enojada conmigo, por no haberlo entendido antes.
Mi tía Tía trato de comunicarse conmigo, yo me negué todas las veces, como ya era "mayor de edad" no iba a las fiestas o reuniones familiares, ni festejaba más mi cumpleaños con ellos. Mi tía Tía se cambio de ciudad de residencia para estudiar una maestría, y con ella mi tía Topacio, no fui a la fiesta de despedida, ni al aeropuerto, les deje de hablar por completo. Casi diez años pasaron y mi tía Tía fue a ver a mi madre, ella no sabía que yo llegaría antes; así que nos vimos, fui indiferente, pero mi tía Tía se levanto con un poco de dificultad para saludarme, yo di un paso atrás, y le dije de forma despreciable -Estas enferma? Ella con voz quebrada me dijo -Le pedí a tu madre que no te lo dijera, no es tan grave; solo me rebanaron una... En ese momento me fije que le faltaba un seno, se me salieron las lágrimas, no pude más. Ella en cambio me abrazo, y grito -Topacio mira quien esta aquí, baja del coche los regalos, apúrate!!!! En este momento no puedo evitar llorar, y asquearme de mi misma, como pude hacer eso. Mi tía Topacio fue con nosotras y pregunto si podía abrazarme también, yo no podía hablar, solo lloraba y al tratar de hablar temblaba, mi tía Tía me hacía Shhhh... Todo esta bien, decía, yo gimoteaba y lloraba más.
Mi tía Tía y mi tía Topacio me llevaron muchos regalos, eran por cada cumpleaños, por cada navidad y por cada reyes que no había pasado con ellas en esos diez años, cada uno con papel más viejo que el otro, llore al abrirlos, no podía creer que ellas me siguieran comprando regalos y me siguieran queriendo después de mi estupidez. Hablamos las tres, como mujeres adultas, ahora si, pude decirles que fue miedo, que no era rechazo, que yo era la del error, disculpas, besos y abrazos se volvió todo. Después vino la tristeza; mi tía Tía le habían quitado un seno, por cáncer; que se lo descubrieron tarde, pero que ya estaba todo controlado, que no me preocupara, quería ser fuerte, pero lloré otra vez. Les pregunte que como lo podían soportar, y me dijeron que han soportado cosas peores, pero se tienen una a la otra, mi tía Topacio me dijo -Como te dije hace casi veinte años, porque ella llena todo en mi vida, y esta vez entendí perfectamente. Mi tía Tía sigue bien, porque mi tía Topacio la cuida mucho; es mi tía favorita y siempre tengo tiempo para ellas.
Al inicio del mes recibí un mail, firmado por "Mario Benedetti", era un mail con menos de 10 líneas; su "Asunto" era Conocerme... Me saluda, dice que leyó un poco de este blog, pone el link; dice sin más preludio que le gustaría conocerme, que qué opino; que si he pensando en estar con otra mujer; y termina el mail con esta pregunta. Mi respuesta esta en este post; si una mujer me llegara a amar sin un seno, sin familia, sin poder darle hijos, despreocupada por el rechazo de la gente, y que dijera sin miedo que lleno todo en su vida; hasta hoy lo he pensando, y si fuera así; sin duda la aceptaría.
