Terminé el ciclo totalmente fatigado, cansado.
Ahora, al menos, tendría tres semanas para dormir más de ocho horas después de estar amaneciéndome con los finales, disfrutar de un maratón de películas, Salir a latear por ahí sin preocupaciones y, sobre todo, leer por fin tantos libros que compré el año pasado cuando estaba laborando, primero por el trabajo y luego por las clases, no tuve tiempo de hacerles caso.
Tenía todo planeado. Me averigüé los temas y libros que estudiaríamos el siguiente ciclo, los compraría para ir repasando en las vacaciones, asistiría a todas las nuevas galerías que se han abierto en el Centro y los eventos musicales programados, también escribí una lista de películas de directores de culto que todos los académicos alaban como Kurosawa, Passolini, Kubrick y demás abuelitos.
Los primeros días los pasé marmoteando. Cuando salí de ese estado, quise salir a pasear, busqué a mis amigos de la U; pero algunos se fueron de viaje, otros ya tenían planes, y a mí no me gusta andar solito como loco por la calle así que me quedé en casa viendo Saló o 120 días de Sodoma.
Fui a mi ex trabajo para que me paguen mis utilidades, la jefa de Recursos Humanos me miró con una cara de “Ya no trabajas hace seis meses y encima quieres cobrar”, con su voz edulcorada dijo: Como has venido después de la fecha de pago tienes que esperar al próximo mes. Y así me quedé sin fondos para disfrutar de las vacaciones.
Para resumir tres aburridas semanas, mencionaré que pude salir del tedio al visitar la Feria del Libro de la avenida Salaverry con cuatro amigos y terminé de releer El evangelio según Jesucristo.
Terminé malgastando los días libres que tenía, inició las clases. Desempolvo Este Blog porque he vuelto a tener esa necesidad imperiosa de escribir, contar lo que me pasa, de esa satisfacción de agarrar una hoja y comenzar a escribir alocadamente y luego ir puliendo las frases. Espero, esta vez, ser constante. Después de todo, este blog tiene cinco años de creación.
Ahora, al menos, tendría tres semanas para dormir más de ocho horas después de estar amaneciéndome con los finales, disfrutar de un maratón de películas, Salir a latear por ahí sin preocupaciones y, sobre todo, leer por fin tantos libros que compré el año pasado cuando estaba laborando, primero por el trabajo y luego por las clases, no tuve tiempo de hacerles caso.
Tenía todo planeado. Me averigüé los temas y libros que estudiaríamos el siguiente ciclo, los compraría para ir repasando en las vacaciones, asistiría a todas las nuevas galerías que se han abierto en el Centro y los eventos musicales programados, también escribí una lista de películas de directores de culto que todos los académicos alaban como Kurosawa, Passolini, Kubrick y demás abuelitos.
Los primeros días los pasé marmoteando. Cuando salí de ese estado, quise salir a pasear, busqué a mis amigos de la U; pero algunos se fueron de viaje, otros ya tenían planes, y a mí no me gusta andar solito como loco por la calle así que me quedé en casa viendo Saló o 120 días de Sodoma.
Fui a mi ex trabajo para que me paguen mis utilidades, la jefa de Recursos Humanos me miró con una cara de “Ya no trabajas hace seis meses y encima quieres cobrar”, con su voz edulcorada dijo: Como has venido después de la fecha de pago tienes que esperar al próximo mes. Y así me quedé sin fondos para disfrutar de las vacaciones.
Para resumir tres aburridas semanas, mencionaré que pude salir del tedio al visitar la Feria del Libro de la avenida Salaverry con cuatro amigos y terminé de releer El evangelio según Jesucristo.
Terminé malgastando los días libres que tenía, inició las clases. Desempolvo Este Blog porque he vuelto a tener esa necesidad imperiosa de escribir, contar lo que me pasa, de esa satisfacción de agarrar una hoja y comenzar a escribir alocadamente y luego ir puliendo las frases. Espero, esta vez, ser constante. Después de todo, este blog tiene cinco años de creación.
