Fragmentos La tradición de los soportales comenzó a principios de la Edad Media. Cada mansión tenía delante, por el lado de la calzada, un trozo de tierra. A algunos propietarios se les ocurrió cubrirlo y construir encima. Así tenían más espacio para alojar a visitantes inesperados, acomodar a más sirvientes o alquilar cuartos a estudiantes con pocos recursos. Al mismo tiempo, la gente