Las grandezas teme, oh alma. Y si vencer tus ambiciones no puedes, con cautela y reservas síguelas. Y cuanto más adelante vayas, sé más observador, más cuidadoso. Y cuando a tu apogeo llegues, César ya; cuando tomes figura de hombre famoso, entonces cuida especialmente al salir a la calle, dominador insigne de séquito acompañado, si acierta a acercarse, desde la multitud algún Artemidoro,