Tampoco le va demasiado bien pensar lo que dice, porque el lenguaje del corazón no es racional y sus pulsaciones descienden tanto que necesita acostarse antes de morir de corrección gramatical. Por eso se pasa los días pensando en nada, para que su corazón no sufra demasiado.
En ocasiones, aunque Descartes lo negase, la falta de pensamiento también es una forma de existencia.
María Coca
Imagen: Jono Dry