Aquel hombre hacía muchas preguntas. Se interesaba por nuestras fiestas, por quién era pariente de quién y hasta por las historias que les contábamos a nuestros hijos para dormirlos. Somos un pueblo hospitalario y por eso le invitamos a todos los bautizos,matrimonios y entierros, adonde iba siempre con su libreta, su grabadora y sus anteojitos redondos.Un día supimos que había conversado con