En el Renacimiento la única pintura Azul digna de un vestido santo era el azul ultramar, que era uno de los colores más caros.

Los italianos medievales habían denominado oltramarino aquello que provenía de más allá del mar que era aplicable a varios artículos que se transportaban entre ellos la pintura. Significaba que procedía de un lugar muy lejano más allá del mar. Esta pintura se hacía de la piedra semipreciosa lapislázuli que contiene un grupo de minerales entre los que se encuentran la sodalita y la lazurita. Cuanto más azufre tiene es de mejor calidad y la hace más violácea. En cambio al tener menos azufre, el carbonato cálcico la torna más gris.Con el término citramarinose denominaba a la azurita y significaba que procedía de éste lado del mar. Pero ésta tiende a virar en su tonalidad hacia el verde en vez de hacia el violeta como el ultramar