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Las enseñanzas de Lutek Muka

foto tomada por Carlos A. Falla

La horda de los Truluk, era una especie de nómadas, que viajaban en manada, errantes por el mundo. Valles, mesetas, nevados, playas, bosques, islas y montañas, habían sido recorridas, generación tras generación. Una semana atrás, Lutek Muka, vio nacer a su hijo Nané y le prometió a la madre, que cuidaría de él…

Los años pasaron desde entonces y el niño creció fuerte y salvaje: No tenía aberraciones por la tierra, nómada a los 16, como sus ancestros. Lutek Muka era un gran maestro, porque supo contarle lo que necesitaba oír, y callar, lo que debía descubrir por sí mismo. Así, llego el día de la verdad, en la que Nané fue sometido a una prueba más difícil. Tenía que sobrevivir durante 4 días solo, alejado de la manada. Mientras tanto, los demás continuaron su camino hacia las playas blancas, para integrarse con grupos amigos y reproducir la especie.

La noche anterior, el joven Truluk cerró los ojos, pero no pudo dormir la mente. Estuvo repasando cada minuto de su existencia, cada lección aprendida, cada momento en el que la incertidumbre se apoderó de él y su padre le respondió ninguna palabra, para que él mismo pudiera reconocer, el color de sus temores…

Continuará…



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