(Michael Jordan jugando en los Bulls con el número 12) |
Era el día de San Valentín de 1990, y el equipo de Chicago jugaba en Orlando contra los Magic, después de haber viajado por Houston, San Antonio, Los Ángeles y Denver. Aquella noche era por tanto la última de una serie de seis partidos seguidos viajando de una ciudad a otra. Según parece, la camiseta con el número 23 que Jordan debía vestir aquella noche en Orlando fue robada en algún momento del día del partido. Unas horas antes.
El problema creció cuando se dieron cuenta de que no tenían otra de reserva para Jordan, otro 23. Buscaron entre el público alguien con una camiseta de los Bulls con eses número y lo suficientemente grande como para que pudiera usarla. No hubo éxito. La seguridad del estadio trató de buscar al ladrón o la prenda sustraída. No hubo éxito.
La opción que quedaba era usar una camiseta que tenía el equipo de los Bulls con el número 12 y sin nombre en la espalda. Así fue como Jordan jugó un día sin su número 23, y no le fue tan mal. Metió 49 puntos, que no es ninguna tontería, aunque su equipo perdió el partido por 6 puntos.
Por cierto, la camiseta robada acabó siendo encontrada en el propio estadio, tirada entre las láminas del techo del vestuario visitante. Quizás alguien pretendió robarla, o quizás sólo quiso darle mala suerte a Jordan escondiéndola y haciéndole jugar con otro número. Esto segundo es menos probable, ya que debiera haber sabido de antemano que los Bulls no tenían camiseta de repuesto.
Fuente: Sports Illustrated
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