Sofía y Juan Antonio se conocieron en la noche madrileña, gracias a unos amigos en común. El flechazo de Sofía hacia Juanan fue instantáneo y su amor fue creciendo con los años. 

Aunque Juan Antonio fue más reticente a empezar la relación, pocos meses después, ambos estaban muy enamorados. Él se dio cuenta de la mujer que tenía a su lado y no dudó en dejarla escapar. 

El amor entre ellos fue creciendo durante 12 años. Una relación llena de química, viajes, experiencias, cambios… “Fuimos creciendo juntos y avanzando tanto personal, como profesionalmente, siendo a día de hoy una pareja muy unida y con unos cimientos muy fuertes. La verdad es que hemos tardado en dar el paso, y la gente ya casi ni lo esperaba”. 

Pero, finalmente, Juan Antonio se lanzó y desde que dieron la noticia a familiares y amigos, ha sido una boda muy esperada y con grandes expectativas de ser una boda diferente dado el pasado profesional de Juanan: fiesta, cachondeo y amigos de la noche. Todo eso combinado con el estilo tan especial y distinto de Sofía hicieron de una boda un día de lo más mágico. 

Sofía y Juan Antonio: los novios

• El vestido de novia y los complementos

El vestido fue una obra de Juan Vidal. 

“La verdad es que no fui directamente a él. Primero estuve rondando un par de marcas de vestidos de novia que no me convencían nada. Todo muy clásico, recatado… para nada iba en consonancia con mi estilo”.  Y es que nuestra novia está llena de personalidad y tenía muy claro lo que buscaba. Un día, después de salir de una de las pruebas, decidió contactar con su amigo Betto García, sombrerero. Él fue quien le aconsejó, conociendo su estilo diferente, que acudiera a Juan Vidal. Él iba a poder aportar ese toque de frescura y distinción que ella buscaba. 

Esta es la descripción de las piezas por parte del propio diseñador: “El vestido de Sofía es un set de dos piezas que se compone por una falda largo tobillo asimétrico, plisado soleil, realizado en twill crudo, siguiendo la línea de nuestra última colección cápsula (donde encontrábamos estas faldas en estampados folk), y está combinada con un top escote halter y con tendencias asiáticas, atado a la espalda y con unas bazas de lazos desechas que dan movimiento al look. Este top os recuerda a los apron dresses que la firma suele realizar, enfatizando la sensualidad y la feminidad, con piezas que en su mayoría cubren la parte delantera de la silueta y se atan o se cierran dejando desnuda gran parte de la espalda. El top de influencia asiática, está realizado en satén de seda brillo doble”

El tocado de la novia, como no podía ser de otra forma, fue obra de Betto García. “Al terminar el segundo plato de la cena y antes de comenzar con el postre, me puse un tocado realizado por mi amigo Betto García. Siempre tuve claro que si algún día me casaba, quería llevar alguna de sus creaciones. La verdad es que es un genio, siempre me lo ha parecido y le pedí 10 días antes de la boda si podía crear algo para mí muy especial y en tan poco tiempo. Me dijo un ‘sí’ rotundo”. 

“Cuando le dije a Betto que mi vestido iba a tener tintes asiáticos, lo tuvo claro, me diseñó una corona con la que me dijo que me iba a sentir como ‘La reina de Asia’  Yo simplemente le dejé crear, no vi nada hasta que estuve completamente terminado. Mi confianza en él era plena y no me defraudó en absoluto”. Fue la auténtica protagonista de la noche. La joya de la corona”

• Las joyas

Anillos: Sofía llevó los tres anillos que lleva siempre. Un anillo plateado que le regalaron sus primas por su cumpleaños y al que le tiene un cariño muy especial. 

Un anillo de oro blanco y roseta de brillantes con zafiro central que le regaló Juan Antonio por sus 30 años y el anillo de compromiso. Este último un anillo bombé de principios del siglo XX art-decó de oro blanco, amarillo y brillantes engarzados. Una auténtica maravíllala sacada de Urbieta Antique Jewellery. 

Pendientes: la novia también sabía que quería romper con el clásico pendiente lágrima, joya antigua que tanto se lleva ahora. “Son preciosos pero yo necesitaba algo más moderno para mi look. No tenía nada claro ni elegido, pero un día, de manera totalmente fortuita, iba caminando con mi madre por el barrio de las Salesas, en Madrid, y decidimos entrar en una tienda con muy buena pinta”. 

Y ahí estaban, unos pendientes grandes en forma de orquídea de la marca Cuckoo B”. A su madre le gustaron mucho y se los quería quedar ella para la boda, pero Sofía le dijo… “Mami, yo los vi primero”. Viendo para la ocasión que eran, la madre no pudo hacer otra cosa que cedérselos a Sofía. Son unos pendientes muy especiales que están confeccionados en paja de palma de iraca natural, tejida sobre un armazón de metal. Están hechos a mano en Colombia por mujeres de Barranquilla. 

• Las flores

Los novios apostaron por Carla de L’arbre Flors. Ella fue la encargada de hacer un ramo preciosos en diferentes volúmenes para aportar movimiento, sin verdes, combinando tonalidades naranjas, similar a los zapatos de novia, corales, marrones y toques blancos para aportar luz. 

• Los zapatos

Los zapatos son de otro amigo de Sofía, un diseñador de calzado, Jose Ramón Puentes. 

“Le dije que quería algo de color, especiales y cómodos. Y así fue, me diseñó unos zapatos color naranja-cobrizo para la ceremonia y después para el baile hizo otro par de zapatos en color dorado, más bajitos y cómodos para darlo todo en la fiesta pero igualmente preciosos”

• Maquillaje y peinado

Otra de las suertes de Sofía. Su amiga Sara Ayala es toda una artista y profesional increíble.

 Ya la había maquillado en alguna ocasión como invitada de boda y como no podría ser de otra manera, también la eligió para el día más importante. Ella tiene un don especial para conseguir un tono natural en la piel, así lo cuenta la novia. Sofía le comentó la tendencia asiática del look y de inmediato creó un moño súper original, anda que ver con el clásico moño de bailarina, y consiguió un ahumado para la sombra de ojos con tonos cobrizos anaranjados, muy similares a los zapatos. A los ojos les dio una forma rasgada que acentuaba todavía más el orientalismo del look. Una auténtica maravilla. 

• El novio

Tras pedir consejo a diferentes amigos, tomó la decisión de hacerse un traje a medida en Massimo Dutti Personal Tailoring, marca en la que confía mucho en su día a día. 

Se trata de un traje de 3 piezas con un chaleco recto, alejándose del tradicional chaleco cruzado de novio con el que no se sentía identificado ni atraído en las pruebas. El tejido elegido es una lana fina azul con textura mínima, pero identificable de cerca. Una tela totalmente acertada pues consiguió personalizar cada detalle del traje: solapa en punta de lanza, forro interior, chaleco, iniciales, botonadura… Juan Antonio se sintió muy cómodo e identificado con las medidas y fabricación de su diseño. 

Para terminar de combinar su traje, camisa blanco de puño vuelto con gemelos de Scalpers. En cuanto a la corbata, elegida tras muchas compras y devoluciones, Juan Antonio tenía claro que este complemento tenía que seguir su estilo, alejándose de los establecido en cuanto a destacar y diferenciarse como novio. Para ello, eligió un modelo Liberty marino de micro flores multicolor de Cencibel. Zapatos de Massimo Dutti en color negro. 

• Madrina y madre de la novia

La madrina llevó un vestido verde aguamarina de la marca Cos y la madre de la novia se vistió con unos pantalones de la firma italiana Aspesi, blusa de Max Mara y zapatos de Carolina Herrera. 

Ceremonia y celebración

Una opción que siempre tuvieron en mente los novios, aunque más compleja de organizar, era la de celebrar la boda en los que Sofía llamaba “la torreta”. 

Por la zona de costa de Valencia-Alicante y poder ofrecer una experiencia más completa de convivencia de un fin de semana entero a sus amigos y familiares. Finalmente se decantaron por Denia, zona de veraneo de la familia de Sofía. Juntos visitaron ‘Casa Benigalip’ y les encantó. Una finca de estilo rústico y natural, sin florituras pero preciosa a la vez, cerca de la playa y rodeada de naranjos. “No podía ser más mediterránea”. 

Como muchos de los invitados eran de Madrid y la familia de Sofía es de la zona, los novios decidieron crear el concepto de una boda “Madridterránea”. La boda tuvo lugar el 14 de julio y juntaron a las familias un día antes en una cena para estar todos e intentar aplacar los nervios en familia entre risas y comentarios sobre qué podía deparar la boda, dado el estilo tan diferente de los novios. Para extender un poco más la experiencia, el día siguiente de la boda, juntaron a todos los invitados en un chiringuito para celebrar una postboda y comentar todo lo ocurrido durante el gran día. 

• La celebración: finca o catering

Los novios sabían que querían una boda diferente, con un ambiente distendido alejándose de los formalismos. La finca, de carácter mediterráneo y rústica, junto a la época del año, fueron los ingredientes perfectos para celebrar una fiesta en una noche de verano.

“Eso era lo que queríamos conseguir, todo en exterior, la cena bajo las moteras cubiertas por un cielo de bombillas que dieron un aspecto cálido y veraniego”. El catering corrió a cargo de @Cocottecatering. El equipo ofreció un coctel muy rico, variado y fresco, según cuentan los novios. Para la cena optaron por opciones ligeras: gazpachuelo de marisco, rostbeef ibérico y tarta árabe. 

Otro de los puntos clave de la boda y que los novios querían resaltar fue la pasión que sienten por el vino. Durante el cóctel y la cena se sirvió vino blanco (Huella Merenguera de Bodega Vegamar) y tinto (Trilogía de bodega Los Frailes), elegidos por ellos mismos. También fue protagonista del día el vino que ofrecieron de producción familiar por parte de la familia del novio, amantes del buen vino con carácter y personalidad. Un vino tinto de la tierra de Castilla y León (Dominio de Corocotta), ideal para acompañar la carne, que se sirvió como plato principal. 

Uno de los detalles que dio personalidad al enlace fue el logo que crearon los novios. Juanan creó la silueta de un teckel, una raza de perro, y esa fue la marca personal de la boda. Desde la página web hasta el seating plan de la boda. Pepperoni, su perrito, estuvo presente en todo momento. 

Él siempre les ha acompañado en los momentos más importante de su vida y todo el mundo le conoce. No podía faltar en este día tan importante. 

• Invitaciones y regalo de las invitadas

Los novios decidieron no hacer invitaciones físicas, sin embargo, todo giró en torno al logo que Juanan creó. El teckel fue la marca personal del enlace. Como hemos dicho, la página web, los detalles de la boda, las etiquetas de las alpargatas para las invitadas… Todo tenía esa característica común. 

Los novios regalaron un par de ramos preciosos a las madres y para las mejores amigas de la novia, pidieron a Carla de L’arbre flors que creara 3 coronas de flores de estilo mexicano que quedaron espectaculares. De esta manera tan original les hicieron saber lo importantes que son para la pareja. 

• El momento más emotivo

Los novios señalan varios momentos emocionantes. Tanto para Juanan como para Sofía, el momento de vestirse con sus mejores amigos brindado con cerveza, en el caso del novio, y cava, en el caso de la novia, fue todo un acierto y les ayudó a relajarse antes del gran momento. 

Por otro lado, la ceremonia les pareció preciosa, desde la entrada de los novios, discursos de amigos y familiares que hicieron llorar de la emoción. La prima de Sofía y un amigo de Juan Antonio entonaron la canción de ‘Shallow’ con una letra personalizada en la que contaban su historia de amor. Un regalo de lo más original. 

La ceremonia estuvo capitaneada por dos buenas amigas de la pareja, que lo hicieron todo precioso e increíble, como cuentan nuestros novios. 

Otro momento fue cuando durante la cena, Sofía, se puso la corona realizada por su amigo Betto García mientras sonaba la canción de ‘Yo quiero bailar toda la noche’ de Sonia y Selena. Con este mazo entregaron las 3 coronas de flores a sus 3 amigas. Fueron las reinas de la noche. 

• Invitada o invitadas más elegantes

• Fotógrafo

La encargada de captar los mejores momentos den gran día fue Anna Sansixto. 

• Luna de miel

Después de este bodorrio los novios necesitaban unas semanas de desconexión y tranquilidad. Para ello eligieron visitar Indonesia y Singapur.