Ojo. Ante todo, debo decir que no detesto los Villancicos. No, no me mal entiendan. Hasta me parecen la última manifestación humana de las navidades en el mundo donde al menos la gente, en vez de ponerse a comprar y correr como imbéciles, se digna a cantar con cara de idiotas melodías ahueonadas, pero lindas.
Sin embargo, ello no quita que los villancicos, en la práctica, sean un verdadero bombardeo musical basura para que te acuerdes que pronto tendrás que gastar toda tu plata en gente que no te interesa con tal de no quedar mal comprándoles mierdas que no sabes si de verdad les sirven o quieren, pero que la presión social inevitable te exige.
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