La fotógrafa con sede en Londres Julia Fullerton-Batten es una artista mundialmente conocida y aclamada, seguro que después de ver sus fotos no te sorprende por qué. Su trabajo es reconocido sobre todo en el área de ajustes creativos e iluminación. No obstante, en su tiempo libre realiza proyectos más personales y se desvía un poco de su estilo profesional para centrarse en el mundo del retrato. 
 

La fotógrafa ha creado una serie de retratos inquietantes y bellos a la vez, doblemente bonitos, nos atrevemos a decir, a través de la doble exposición. En estas fotos presenta el rostro humano descompuesto en capas que se entremezclan con el paisaje. Los sujetos semejan ser muy pensativos mientras posan en escenas urbanas o propias de un ambiente rural. 

No existe una línea que sirva para distinguir los diferentes elementos que aparecen en la foto, sino que los mundo chocan en una sola imagen fascinante. Sus fotos parecen estar llenas de tristeza y nos trasladan a un mundo lleno de soledad y aislamiento. 

En su biografía leemos que a través de sus fotos, insinúa tensiones visuales en sus imágenes y le imbuye un toque de misterio que anima al espectador a examinar de forma continua la imagen, con la intención de ver cada més más contenido y buscar un significado más profundo con cada visualización. 

No sé qué piensas tú, pero a mi juicio, su intención está más que conseguida, porque, aunque puede haber muchos espectadores a los que no les acabe de convencer su obra por ser un tanto mística, lo cierto es que consigue no dejar indiferente a quien mira su obra y ese es el gran premio para un artista.