La Presidenta Michelle Bachelet, en un escueto comunicado, hizo saber que de ningún modo se declarará día de duelo nacional por la muerte del ex-dictador y que solo se permitirá el izamiento de banderas a media asta en los cuarteles militares. Así mismo se informó que el asesino será despedido con los honores que le corresponden a un ex-comandante general del ejercito y no a los correspondientes a un ex-presidente, pues su gobierno de 17 años fue inconstitucional. La presidenta Bachelet hizo saber también que no asistiría a los funerales del ex-cancerbero de la Casa Blanca. Hay que recordar que el padre de la presidenta de Chile fue asesinado por orden de Pinochet, y tanto la presidenta como su madre sufrieron tortura a manos de las fuerzas de represión de la dictadura de derecha.
Imagino que este día debe ser un día muy negro para Estados Unidos, se extinguió uno de los más fieles aliados de su maquinaria de aniquilación. ¿Qué dirá Henry Kisinger, el titiritero de Pinochet, durante el derrocamiento de Salvador Allende y durante los 17 años de dictadura brutal? ¿Tendremos que esperar los peruanos que Fujimori también se muera para que se acaben la impunidad y el olvido en nuestro país?
Mañana tendremos que darle a nuestros hijos explicaciones sobre lo que hicimos y lo que no hicimos para detener la impunidad y hacer que el sátrapa japonés pague por sus crímenes. Hoy solo nos queda decirle a Pinochet: “ojalá que nunca, nunca, descanse en paz, general del infierno”.