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Defensorías del televidente, ¿un saludo a la bandera?

Desde la Ley 335 de 1996, en cuyo artículo 11 se definió que “(…) Los operadores privados del servicio de televisión deberán reservar el 5% del total de su programación para presentación de programas de interés público y social. Uno de estos espacios se destinará a la Defensoría del Televidente. El Defensor del Televidente será designado por cada operador privado del servicio de televisión (…)”, la figura de la defensoría del televidente no ha sido ajena a ser el escenario de las solicitudes, quejas, reclamos, sugerencias y demás peticiones de los televidentes al interior de nuestros canales de televisión nacional, y no solo los privados (Caracol y RCN), sino incluso los públicos (Canal Uno y Señal Colombia).

Por eso, ha sido interesante sentarnos a analizar los cuatro programas que igual número de canales destinan a dichas defensorías del televidente (Doble vía en Caracol, Tu Tele en RCN, Uno TV en Canal Uno y Todo lo que vemos en Señal Colombia, para verificar qué tan positivo ha sido el ejercicio de estas defensorías al interior de cada canal, y hacerles observaciones a lo visto en cada uno de dichos programas. La muestra la tomamos en las últimas semanas, con programas de cada canal (Señal Institucional, como se puede apreciar, ni está legalmente obligada a tenerlo, y de hecho, no tiene Defensoría del televidente).  Para que no haya favoritismos, vamos a analizarlos a todos en orden alfabético de cada uno de los cuatro programas.

Defensoría del televidente Caracol TV

Tras la enésima emisión de Los cuentos de los hermanos Grimm, se emite Doble vía, el espacio de la defensoría de Caracol TV, en ese horario que no ve ni Dios. Aunque Amparo Pérez es la defensora del canal, en la emisión del 11 de febrero no apareció ella,  sino Juliana Tabares y Otilio López, periodistas del canal, con lo que se diferencia de los restantes tres programas, sin que ello sea un punto a favor.  Los dos temas tratados era de especial relevancia, pues fue la semana de estreno de Alias JJ y por tratar de las críticas a Polvo Carnavalero, pero se volvieron oportunidades rotundamente pérdidas: Respecto del primero, salieron con comentarios totalmente desacertados como, y cito textualmente “(…) El hecho de que se haga una serie sobre “Popeye” – error, esto es un simple culebrón más- no significa que tengamos que aceptar su punto de vista sobre determinados acontecimiento de la vida colombiana(…)”  O uno mucho peor:              

“(…)En cualquier parte los fuera de la ley, los forajidos, los bandidos, los criminales, los narcotraficantes, se ha hecho el crimen , es la materia prima de una incalculable cantidad de producciones televisivas, de obras literarias, de trabajos periodísticos. Hay una curiosidad por saber qué pasa, porque entre otras, muchas de estas personas han tenido  vidas muy aventureras, y eso llama la atención. Lo que pasa es que los contextos se analizan de manera muy distinta.  HBO hizo en los años pasados dos series exitosas, una es “Los Sopranos”. Soprano es un tipo que es mafioso, un tipo que asesina gente, es inescrupuloso, manipulador, pero es una de las series más vistas en la historia de la televisión mundial, personajes que están clarísimo que son criminales, y es gente sin ningún tipo de escrúpulos, pero al representación que se hace es muy atractiva, yo nunca leí en Estados Unidos que alguien dijera que porque Tony Soprano era muy popular entre el público, que eso signifique que entonces la televisión está legitimando  los comportamientos de un tipo como Tony Soprano. Es una discusión muy, muy colombiana (…)”  

¿De verdad, en Caracol se atreven a decir semejante falacia argumental sin ruborizarse?

Vamos por partes: efectivamente, The Sopranos es una serie sobre una familia vinculada a la mafia. Tuvo una emisión por temporadas en un canal de televisión por suscripción, y se emitía los domingos. Pero Tony Soprano era totalmente un personaje ficticio ¿A qué mente en su sano juicio se le ocurre siquiera atreverse a compararlo con la telenovelizada historia de un hampón que en la vida real acabó con la vida de muchas personas, participó en múltiples crímenes más, y que se emite en un canal de señal abierta de lunes a viernes? No hay más preguntas, su Señoría. Esta Fiscalía descansa.

Y descansa, porque de Polvo Carnavalero no vamos a hacer mas sangres ¿De verdad vale la pena criticarle el marcado estereotipo regional impuesto en La Floresta frente a costeños y cachacos, cuando hablamos del mismo canal que ha exprimido y seguirá exprimiendo su Desafío con base en regiones? Además, la avalancha de cartas de queja que evidenció este programa contra Alias JJ o contra Polvo Carnavalero no valió la pena: siguen emitiendo estos culebrones infumables como si nada, no se asumen responsabilidades, y la salida más fácil es que cada quien asuma qué contenido quiere ver o no. Como quien dice, esta defensoría del televidente se lava las manos. Y eso está muy mal.

Defensoría del televidente Señal Colombia

Todo lo que vemos: Eduardo Arias, Defensor del Televidente del canal público cultural, fue el más receptivo y colaborador de esta investigación, y desde aquí le agradecemos. El programa se emite a la 1 p.m. de los sábados, es decir, no tratan de relegarlo a un horario que no ve nadie, como en los privados. El programa analizado, del pasado 11 de febrero de 2017, es el del formato más fluido de los cuatro analizado. No se ve como el aburrido magazín de “autodefensa” del canal, como en el ejemplo anterior, sino como un escenario de reflexión de las propuestas audiovisuales del canal. La escenografía del programa invita a verlo.

Hay una sección clara de televidentes, que dan su opinión sobre el tema del programa (en este caso, fueron, en dos segmentos diferentes,  un diseñador gráfico de Tunja y un comunicador social de Manizales), que en su caso fue sobre la programación del canal en el año 2016, como Los Puros Criollos, La Sub 30, el cubrimiento del Proceso de Paz  y Cuentos de viejos y Danza Colombia en escena. Carlos Smith, director de esta última producción, y Amanda Sarmiento, funcionaria del Ministerio de Cultura, fueron los invitados en el set, en espacios diferentes.

El primero habló de cómo ha crecido este proyecto, amplias veces nominado a premios nacionales e internacionales.  Realmente pasa el programa y es entretenido de ver y la segunda sobre la estrecha relación entre el Ministerio y Señal Colombia y sus proyectos audiovisuales. También tienen un segmento de Vox Pop, donde se escucha a televidentes del común, sin ser un espacio centralizado en Bogotá. Además, el canal hace mucho feedback de su programación en Redes sociales, correos institucionales y su misma web. Todo lo que vemos no se relega a ser un simple requisito más de autorregulación, y se ha vuelto parte de la atractiva oferta audiovisual del canal público cultural.  A diferencia de los tres espacios que analizamos, Todo lo que vemos sí emite pausas, sin que ello demerite el contenido del programa, ya que, como se sabe, la pauta que emiten en este canal es institucional, no comercial.
En mi correspondencia con Arias, me informó, y cito textualmente “(…) Por lo general la gente escribe para agradecer al canal y felicitarlo. Pero también llegan mensajes de personas que preguntan si van a repetir un programa, o si pueden conseguir una copia. Las quejas suelen ser, ante todo, las que usted señala (se refiere a la frecuencia de emisión de películas de Cantinflas o de La vendedora de rosas). Se quejan de exceso de repeticiones, pero una mayoría de televidentes agradece que puedan ver una película varias veces o tengan diversas posibilidades de horario para verlas. A veces llegan quejas de televidentes que echan de menos algún programa, tal vez porque no están muy acostumbrados al sistema de temporadas, que es relativamente nuevo. Por contenidos muy rara vez se quejan. Hay personas que no están de acuerdo con que Señal Colombia pase telenovelas del pasado. Algunos porque las consideran aburridos, otros porque piensan que no deberían estar en la programación de un canal cultural y educativo, pero son muy pocos los que lo hacen. Muy de vez en cuando hay quejas por contenidos inadecuados. El programa Zootecnia, que trata temas de adolescentes (algunos un poco crudos) a veces ha generado rechazo, porque consideran inapropiado que lo vean los niños. Pero, en líneas generales, las principales quejas son las que usted señala, aunque son minoría si se comparan los elogios y los mensajes de agradecimiento.(…)”

Es ese espíritu autocrítico es el que destaco del canal cultural: No se quedan solo con el halago común y sí reflexionan sobre qué pueden mejorar en su oferta televisiva. Y lo hacen sin que se vea como algo hecho a regañadientes.  

Defensoría del televidente Canal RCN

Tu Tele es el espacio de la defensoría del Canal RCN y se emite, al igual que sus rivales de Caracol, los sábados a las 7:00 a.m., en un horario donde Chespirito es lo que le antecede y sucede. Un clásico death slot televisivo. En el programa analizado, correspondiente a la emisión del pasado 18 de febrero, Consuelo Cepeda, defensora del televidente del canal de las tres letras hablan de la monitoria que hacen a las redes sociales (risas) para hablar de La ley del corazón.  Claro, solo mostraron comentarios donde echaban flores a dicho programa tan mal estructurado.

Ahí falla el programa, pues no se centraron en las críticas –abiertamente dijeron que no iban a “criticar nada”-, sino solo en la lisonja barata y superficial. Felipe Agudelo fue el invitado, hablando de su desaparecida hermana, Mónica Agudelo.  Sorprende que él afirme que ambos eran hijos de abogados y veían series de abogados y haber hecho una “investigación larga”, entrevistándose con bufetes de abogados, y cometan errores infantiles como ese reiterado gazapo de “demanda penal”. Para llamarla “la obra más madura de Mónica”, les faltó pulirla mucho más. Y si la intención era hacerle un homenaje a Mónica Agudelo, el horario no ayudaba para nada.

Otro craso error: Una defensoría del televidente no se puede centrar en solo las loas, cuando el producto ni lidera su horario, ni mucho menos, cuando ese “trabajo exhaustivo” del que tanto hablan con La ley del corazón, brilla por su ausencia por el manejo del léxico y construcción del universo de la historia. Puede tratar de ser una obra coral, pero esos errores desde hace rato los venimos observando, y de hecho, el error es considerarla “serie”, cuando la emiten de lunes a viernes, cual vil telenovela –que, insisto, lo es-. Hablaron de la conexión del derecho penal con el de familia por asuntos de violencia intrafamiliar y crímenes pasionales, una salida narrativamente muy trillada. Aprovecharon para darle puyas a las historias de “la Colombia que duele tanto”. Pues, mira, Consuelo, más duele ver que tu canal sigue postrado en los índices de audiencia por unas líneas editoriales tan cuestionables y por producciones de bastante discutible factura.

Otra crítica que podemos hacer es que en el canal de videos de la web de RCN está muy desactualizada esta Defensoría. Solo salen videos, siendo el más reciente  ¡del 2014!

Defensoría del televidente Canal Uno

Uno TV también se emite los sábados, pero en un horario más benigno, las 10:30 a.m., pero antecedido de unas aburridísimas televentas, que, para mí, ya es un despropósito. El programa de la defensoría del televidente analizado, presentado por Mario Morales contó con Judy Henríquez y Jaime Santos como invitados al set y con conexión en video con Edgardo Román. Hablaron de personajes inolvidables que han hecho parte de la TV colombiana, series de los 80´s y 90´s, de la aplicación de la Ley Fanny Mikey  y de la seguridad social de los artistas de la TV.

El tema es positivo de tratar, pero no guarda concordancia con el momento crucial que atraviesa el canal público comercial, cuya nueva licitación debería ser tema de debates. A Morales se le nota bastante libreteado en el programa.  Henríquez pidió desde esta tribuna un Museo de la Televisión, idea que me parece positiva, de hecho, hubo una exposición temporal de telenovelas en el Museo Nacional a finales de 2009 y comienzos del 2010.

En el formato se nota investigación de campo, con entrevistas cortas a transeúntes y una sección de “La tribuna”, que es de lo positivo, ya que sí tiene un nivel de crítica por parte de gente del común, que es lo que tratamos de hacer desde estas líneas pobres pero honradas. Tienen un canal de YouTube, pero se encuentra bastante desactualizado.

Conclusión

Como puede verse, estamos ante cuatro escenarios muy distintos: Un canal que recibe las quejas y hace oídos sordos a ellas, solo porque lidera en rating. Otro que no oculta su defensoría del televidente y la integra a una propuesta audiovisual fresca y atractiva, uno más que prefiere solo escuchar alabanzas y con nula autocrítica, y otro que tiene que potenciar su espacio para hacer más atractivos sus contenidos, de cara a los retos de programación que se le avecinan.

Esta crítica, más allá de si la consideran constructiva o no, está orientada a mostrar el panorama de la TV que vemos y en manos de quienes están nuestros derechos como televidentes. Otra TV es posible, nunca me cansaré de repetirlo.

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