CHICAGO – John Miller estuvo con Sus Amigos hasta cerca de las 2 am., el martes.

“Me dijo que se hiría directamente a casa”, contó  Miller.

Diez minutos después, su amigo José Gómez estaba muerto, fue baleado en la cabeza mientras estaba en su auto en la cuadra 9800 S. Avenue H, en el sureste de la ciudad, según la Policía y sus Amigos.

El gatillero se acercó a Gómez, de 28 años, desde otro auto y abrió fuego, indicó la Policía. Él murió en la escena.

Los oficiales aparcaron sus autos alrededor del cuerpo de Gómez para bloquear la vista. Miller y sus amigos maldijeron cuando vieron a trabajadores poner el cuerpo en un furgoneta blanca de trabajo.

Ellos caminaron por el borde de la escena de crimen e hicieron llamada telefónicas. De pronto otros amigos llegaron.

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Mientras fumaba un cigarrillo, Miller trató de comprender lo que ocurrió en tan poco tiempo.

“Era un buen hombre”, dijo Miller. “Era una persona amorosa. No hablaba con mucha gente”.

Gómez creció en ese barrio del sureste de la ciudad y vivía a casi una cuadra de donde fue asesinado, dijo Miller. Gómez tenía una hija de tres años y trabajaba poniendo techos con su padre.

Un grupo de personas se reunió alrededor de la escena del crimen, y miraban mientras detectives y oficiales examinaban un auto que parecía como si hubiera chocado.

El tiroteo ocurrió justo al norte de Douglas Taylor Elementary School en una calle residencial con una mezcla de hogares de un piso y edificios de apartamentos.

Gómez fue una de las ocho personas baleadas dentro de un periodo de 16 horas, entre el  lunes y martes. Tres murieron.

Las balaceras tuvieron lugar en Englewood, Gresham, Washington Park, Jeffery Manor, South Austin y West Woodlawn.

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