CHICAGO — La Policía de Chicago utiliza fuerza excesiva sistemáticamente y persigue injustamente a las minorías, sin proveer el entrenamiento adecuado o la supervisión necesaria a sus Oficiales, según encontró la anhelada investigación del Departamento de Justicia de Estados Unidos, cuya resultados fueron publicados el viernes.

El Informe de 164 páginas describe un departamento ineficiente, donde los oficiales mal entrenados y poco supervisados enfrentan pocas consecuencias por sus acciones, con agencias de supervisión corruptas cuyas investigaciones fueron muchas veces superficiales y sesgadas a favor de los oficiales.

El informe es el producto de una investigación federal lanzada hace más de un año, tras la publicación del video del tiroteo del joven afroamericano Laquan McDonald por un oficial blanco.

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Uno de los hallazgos clave del informe es la confirmación de que la Policía persigue injustamente a las minorías, ya que los investigadores federales reportaron tener “serias preocupaciones sobre la prevalencia de la conducta racialmente discriminatoria por parte de algunos oficiales del departamento”.

Una estadística citada por el reporte informa que el utilizar la fuerza fue casi 10 veces más común en contra los afroamericanos que en contra los blancos.

Luego de estos incidentes, se hallaron graves faltas en la investigación de los casos donde agentes emplearon la fuerza contra civiles.

Las agencias supervisoras no investigaron suficientemente las cuentas conflictivas que contaron algunos oficiales, ignoraron las pruebas de mala conducta y llegaron a conclusiones basadas en las historias de los oficiales.

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Funcionarios del Departamento de Justicia dijeron que la Policía de Chicago mató a tiros a personas que no representaban una amenaza y utilizaron sus pistolas eléctricas contra personas simplemente por no seguir sus órdenes verbales.

Además, cuando los investigadores entrevistaron a recién graduados de la academia policial, sólo uno de cada seis “pudo articular correctamente el estándar legal para el uso de la fuerza”, dice el reporte.

Otra alegación contra la Policía que fue confirmada es el uso de tácticas coercitivas para obtener información de los sospechosos.

Los agentes “llevan un joven a un barrio de pandillas rivales y dejan a la persona allí, o muestran al joven a sus rivales, poniendo en peligro la vida de ese joven, por medio de sugerir que coopera con la Policía. La investigación indica que estas prácticas de hecho existen y ponen en peligro significativamente la relación del departamento con la comunidad “, señala el informe.

Entre sus hallazgos, el reporte critica a algunas políticas que el alcalde, Rahm Emanuel, impulsó para cambiar el Departamento.

La Alcaldía amplió el equipo de Tasers, una pistola que suministra descargas eléctricas debilitantes, como respuesta no letal a las situaciones violentas. Sin embargo, el informe indica que el departamento pasó a un gran número de oficiales por su programa de entrenamiento del uso de los Tasers con demasiada rapidez, “sin ofrecer un currículo, personal o equipo adecuado”.

“Esto dejó a muchos oficiales incómodos con la manera de usar los Tasers efectivamente, aunque completaron el entrenamiento”, dice el informe.

Sin embargo, el alcalde se comprometió a seguir con las reformas que ya comenzó, que incluyen la implementación de cámaras corporales para todos patrulleros antes del fin de 2017, la finalización de nuevas reglas para el uso de fuerza letal que podrían reducir la cantidad de situaciones en las que se permite que un agente abre fuego, y un nuevo entretenimiento para calmar las situaciones tensas y para tratar con los que sufren de enfermedades mentales.

También comprometió a ejecutar estos proyectos bajo la supervisión del Departamento de Justicia, tras hacer un pacto judicial con el Departamento de Justicia el viernes, para que el gobierno federal monitoree el proceso de reforma.